Desde hace medio siglo, Peñíscola comparte su nombre con el de una de las comedias más célebres del cine español. Luis García Berlanga rodó en sus enclaves más emblemáticos la película Calabuch, y en agradecimiento a este medio siglo, la ciudad proyectó de nuevo esta obra en el marco de su festival de cine. En una edición falta de la presencia de estrellas, la asistencia de director Luis García Berlanga ha causado sensación, ya que no acudía a ella desde que estrenó su última película París-Tombuctú, también localizada en esa imaginaria Calabuch.

En una multitudinaria rueda de prensa, los elogios a Berlanga y su película fueron abundantes. "Gracias a su cine, Peñíscola ha adoptado una imagen recopilada en innumerables obras", dijo el alcalde Andrés Martínez. Por su parte, el presidente del Patronato de Turismo explicó que Calabuch "es un nombre del que se sienten orgullosos todos los peñiscolanos". El director del festival, Antonio Trashorras, puso al personal en antecedentes sobre la magnitud del cineasta: "No todos tienen la capacidad de crear un adjetivo como berlanguiano.

De forma improvisada, en la rueda de prensa también compareció Lolita Simó, una peñiscolana que asumió un papel destacado en la película. Para ella, el balance era rotundo. "Desde esta película, todo empezó a cambiar. Teníamos una playa enorme y vacía, y ahora hay que ver cómo está en verano", comentó. E incluso el cronista oficial de la ciudad, Juan Bautista Simó afirmó que Calabuch "es la mejor propaganda que ha podido tener la ciudad, forma parte de nuestra memoria colectiva".

Tras toda esta serie de piropos, Luis García Berlanga explicó que esta película "gracias tanto a la forma geográfica como humana de Peñíscola se ha convertido en una de las más fascinantes y creadoras de emociones de mi carrera", a pesar de que no está entre sus favoritas. "Mis preferidas son El verdugo y precisamente El verdugoParís-Tombuctú, comentó Berlanga.

De la gente de Peñíscola recordó que sus habitantes "eran unos extras magníficos, creo que tienen el don de la interpretación en sus genes", y habló de las cualidades de Pepe Isbert, que en la cinta hacía el papel de farero: "era tan genial que hacía ver que se aprendía el guión, cuando en realidad lo que hacía era leer las notas que se escribía en cada escena. No sabía nunca de qué iba su papel, pero nadie lo notaba". Además, el director tuvo un emotivo recuerdo para la Tía Justa, uno de los personajes más populares de Peñíscola, que falleció el pasado mes de enero.