Varea armó un taco en Calasparra (Murcia). El novillero de Almassora cortó tres orejas y un rabo y rozó el cotizado premio Espiga de Oro que se llevó Antonio Puerta. La apoteosis llegó en el sexto novillo de la tarde, en el que las lanzas se tornaron cañas. El público, enfurecido, pidió que se devolviera el animal tras caerse en varias ocasiones, pero el palco no lo consideró oportuno y el torero, poco a poco, a base de consentirlo, sobarlo y aplicarle la técnica adecuada, enloqueció al público, que gritaba “esto es un torero”. Toreó a cámara lenta con una increíble despaciosidad y expresión. Se vació el torero, que incluso improvisó en los remates, cambios de mano y un final de faena abandonado por completo.

Tras un pinchazo, mató de una soberbia estocada, concediéndole las dos orejas y el rabo. Antes había cortado un apéndice a su primero, frente al que de nuevo volvió a brotar las exquisitez de su mano izquierda. El almazorense abandonó el coso en volandas, junto al mayoral, el ganadero de Cebada Gago y sus compañeros Antonio Puerta y Fernando Rey.

Tercera puerta grande consecutiva para Jonathan Varea, que esta tarde hace el paseíllo en la feria de novilladas de Arganda del Rey (Madrid), donde se enfrentará a novillos de Fernando Peña, junto al andaluz Lama de Góngora y Miguel Ángel Silva. H