Instantáneas captadas en sus viajes por los largos inviernos y los cortos veranos por el mundo que se revelan bajo el prisma único de la fotografía como arte per se. Es parte de la esencia de la fotografía del castellonense Chimo Serrano, que plasma en sus nuevas series Cosmopolitas abstracciones surgidas de la cotidianidad de su mirada y que se podrán ver a partir del próximo jueves 19 de enero en las paredes del hall del hotel NH Mindoro de Castellón bajo el paraguas del ciclo expositivo CompArte.

«Son fotografías tomadas desde Australia a China, India, diferentes países de toda Europa, varios destinos españoles y hasta la Antártida», explica el fotógrafo y notario. Cosmopolitas es una serie de 25 piezas, cinco de gran formato y otras 20 menores, que poblarán la sala de la calle Moyano este trimestre para «acercar al público la captura de los sentimientos y paisajes, lejos de la figuración, para que sea el espectador el que se emocione, el que interprete los significados en un juego pícaro e irónico de la imagen», explica el artista castellonense.

Comisariada por Jesús Broch, la muestra nació hace ya unos meses y desde el minuto cero Serrano optó por mostrar las imágenes de sus viajes, como antes hizo con sus retratos abstractos de arquitecturas del mundo, las tituladas Pervivencias, Artefactos o las Autosuficientes. «Son imágenes completamente atemporales, que trabajan desde la abstracción con infinidad de posibilidades de interpretación, según la sensibilidad del público, que es poliédrica», explica el castellonense. «Para mí es importante que el espectador lo viva, lo sienta, lo descifre y lo disfrute, y puede que de este diálogo nazcan otros significados de los que yo no era consciente al hacerlas», puntualiza.

INTERNACIONALIDAD // Tras exponer en la prestigiosa galería Miguel Barcos de Barcelona y en la sala de exposiciones de la discoteca Pachá de Ibiza --con fotos de gran tamaño de la serie Autosuficientes, con detalles mínimos de los cosas en vivos colores y tamaño desproporcionado--, aborda Cosmopolitas desde el prisma de la internacionalidad de su vida y, por tanto, de su obra, «con un talante más relajado y reflexivo».

Líneas atmosféricas que dibujan espacios a contraluz, los colores amarillentos de un bebedizo que parecen de Las mil y una noches, entre otras, «buscando el equilibrio entre las formas y el detalle, reforzando la simbiosis entre la mirada del fotógrafo y su espectador; creando sinergias que refuercen la imaginación y nos transporten a otros mundos». Son las palabras de Broch para definir una muestra de 10.