Actor, comediante y poeta. Pepe Viyuela, licenciado en Filosofía y Bellas Artes, ve, sobre el proscenio de un teatro, su lugar predilecto. Amante de la lectura y del arte, apuesta por el humor como forma de expresión, un tema que trató ayer martes ante su público en el salón de actos de la Fundación Bancaja de Castellón con Humor: el sexto sentido.

--¿Por qué elige el humor como forma de transmitir a su público?

--Es algo con lo que me siento cómodo. Soy comediante y esto ha supuesto un cambio en mi vida, tanto técnica como personalmente. Me gusta mostrarlo al público y aportar algo a toda la gente.

--¿En qué proyectos está inmerso ahora?

--Acabamos de estrenar la obra de teatro Mármol --el 6 de febrero--, de la irlandesa Marina Carr, una autora internacional con mucho talento. Estamos muy ilusionados con este proyecto. Además, continuo presentando mi espectáculo de humor Encerrona, una reflexión sobre la vida cotidiana desde el punto de vista del payaso, del cómico de verdad.

--¿Y en la pequeña pantalla no le vamos a ver este año?

--Estamos a la espera de que Radio Televisión Española decida si continúa la serie Olmos y Robles. Nos tienen que contestar, así que nos encontramos en esa tesitura.

--Tras su paso por Castellón, ¿cómo se siente cuando le reciben en la ciudad de la Plana sus seguidores?

--Ya he visitado varias veces Castellón y, siempre que vengo, me acogen con mucho cariño. He estado en la Universitat Jaume I y en el Teatro Principal y en todas las ocasiones me he sentido muy bien acogido. Piso bastante la Comunitat Valenciana y, la verdad, es que es un lugar en el que me siento muy cómodo. La gente es muy amable y hospitalaria.

--Con la resaca de los premios Goya aún presente en el ambiente, ¿le parece que son justos los ganadores que se alzaron con el ‘cabezón’?

--No vi la gala porque estaba en el teatro. En los premios siempre hay alguien que pierde y, aunque los ganadores claro que son justos, creo que Pedro Casablanc merecía el premio a mejor actor por su papel en B. Lo que no quiere decir que Ricardo Darín no sea un actor fantástico, porque lo es. Estoy en contra de los premios en general porque generan competitividad que no favorece nada al arte. Los Goya son una copia muy mejorable y poco original de la industria americana, que inventó los Oscar. Creo que se podrían hacer las cosas de otra forma.

--¿En qué escenario se siente más cómodo?

--Mi sitio es el teatro; es el lugar en el que me desarrollo y conecto con el público. Crezco profesionalmente. H