Los estudios Disney han fracasado en su salto del cine de animación al de imagen real y este martes han admitido en un comunicado que perderán 200 millones de dólares (150 millones de euros) con la película de ciencia ficción John Carter, que debía ser una espectacular adaptación del ciclo de novelas de La princesa de Marte de Edgar Rice Burroughs (Tarzán de los monos) y que es una cinta larga, aburrida y en la que todo suena a ya visto. Ni siquiera sorprenden el diseño ni los efectos especiales.

La película, que se estrenó el 9 de marzo en todo el mundo (también en España) y cuenta la historia de un veterano de la guerra de Secesión estadounidense que es transportado a Marte, tenía un presupuesto de 250 millones de dólares (190 millones de euros), a los que hay que sumar 100 millones de dólares (75,7 millones de euros) en publicidad. Una suma alejada de lo que ha recaudado desde su estreno: 180 millones de dólares (136,3 millones de euros).

"Las mayores pérdidas para un solo filme"

En el balance de la compañía, el fiasco de John Carter supondrá unas pérdidas de entre 80 y 120 millones de dólares (entre 60 y 90 millones de euros) en el segundo trimestre del 2012. "Creo que son las mayores pérdidas para un solo filme que yo haya visto", ha afirmado Matthew Harrigan, analista de Wunderlich Securities en Denver, que sigue de cerca esta industria desde hace 20 años.

Tras conocerse estos datos, las acciones de Disney llegaron a caer el lunes un 1,1%. Los analistas están convencidos de que la compañía se lo pensará dos veces antes de invertir tanto dinero en una película que no tiene un éxito asegurado. "Tendrá que elegir un producto bien establecido", afirma Alan Gould, analista de Evercore Partners en Nueva York.