No pudo ser en Valladolid. Imposible alcanzar el triunfo con dos novillos así. Varea se estrelló con dos regalos sin opciones, dos novillos de escaso fuelle y justa bravura con los que apenas pudo dejar algún detalle de esa innata torería, pero sin poder redondear. La novillada anunciada en primer lugar del hierro de García Jiménez se cambió por otra de Hermanos Revesado y Torrealba que resultó deslucida y con la que solo paseó un trofeo de un sobrero Francisco José Espada. Ricardo Maldonado se fue de vacío.

Muy bien toreó a la verónica el de Almassora durante toda la tarde, siempre encajado y jugando bien los brazos en una suerte en la que además de gusto, imprime poder y mucha seguridad. Ya en la muleta dejó detalles y algún natural suelto, pero a sus oponentes les faltó mayor entrega. Su segundo se agarró al piso muy pronto y la faena no pudo tomar vuelo. Y eso que iba encaminada a que pasara algo grande tras una magnífica actuación de la cuadrilla. Bien picado y sobre todo, bien banderilleado. El de la tierra, Alfonso Carrasco, dejó dos soberbios pares de banderillas siendo obligado a saludar junto al tercero, Diego Valladar y Montoliu, que bregó magníficamente llevando con suavidad la embestida del novillo. La espada se le atascó en este novillo. Al final, ovación con saludos en su primero y palmas en su segundo.

Al de Almassora le espera el domingo una cita trascendental: Sevilla. Allí le aguarda una novillada de Fuente Ymbro con un cartel de campanillas, con Clemente y Ginés Marín, dos de los novilleros punteros del momento. H