Volvió a fallar el ganado en tarde de expectación y el público, soberano, con derecho a enfadarse cuando le tocan el bolsillo en tiempos en los que duele que lo hagan, se puso de uñas y protestó, sobre todo al final, la presentación de algunos de los toros que nunca debieron ni ser embarcados. A ellos se unió que la corrida de Garcigrande, tan codiciada por las figuras --¿por qué será?-- estuvo en todo momento al límite, entre la mansedumbre y el genio. Se salvó que muchos de los toros se vinieran arriba en la muleta o que delante tuvieran al mejor lidiador de los últimos años, El Juli.

El madrileño fue a la postre quien se llevó el gato al agua en una tarde de compromiso de figura, en la que salió a atacar desde el mismo instante en que sonaron los primeros clarines yéndose a la puerta de chiqueros. Cortó una oreja del primero y del quinto a base raza, amor propio y poderles a sus toros, rajados y con complicaciones, con ese concepto de trazo largo y muleta mandona. Si no cortó más orejas es porque, aunque parezca raro, falló con la espada. No está atravesando un momento bueno con el acero este matador. Al final, dos orejas aunque el diestro, no quiso salir a hombros y se marchó a pie.

No fue la tarde de Manzanares. Lo mejor llegó con un sobrero manso de libro, al que en terrenos de tablas le construyó una faena en la que aprovechó las querencias y los adentros. Bien técnicamente el torero, que se gustó en algunos desgarrados muletazos. Buen espadazo, en toda la yema.

En el descanso, el torero alicantino sufrió un fuerte mareo y, visiblemente mermado, salió a matar el cuarto, en una faena de toma y daca ante un toro áspero y con complicaciones al que acabó cortándole la oreja. Se montó un dos de mayo cuando salió el sexto, impresentable, sin apariencia ni trapío para una plaza de primera. El toro fue manso y aquerenciado en tablas, nada pudo hacer el diestro. Se supo que el torero sufrió una deshidratación.

Al término del paseíllo y por segundo día consecutivo, se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del accidente ferroviario de Santiago. Hoy sábado, se celebra el segundo de los duelos de figuras de la Feria de Julio, en la que se verán las caras el sevillano Morante de la Puebla, que llega con el aval de ser el triunfador de Fallas, y el extremeño Talavante, triunfador en San Isidro. H