Al público que acudió ayer por la tarde al Teatro Principal de Castellón para asistir al concierto despedida del cantante valenciano Paco Muñoz, la cita le supo a poco. Porque sabían que formaban parte de un momento histórico con el que este apasionado de la cultura valenciana cerraba el capítulo definitivo de su trayectoria sobre los escenarios.

Esta oportunidad llegó a la capital de la Plana de la mano del Institut Valencià de Cultura (IVC), que quiso organizar las tres últimas actuaciones en directo de un hombre que formó parte fundamental del movimiento cultural conocido como la Nova cançó.

Con 78 años, recientemente había reconocido que «mis rodillas y yo no tenemos buenas relaciones», uno de los motivos por los que decidió replantearse una actividad que, en el último año, le había llevado a colaborar en varios recitales en los que interpretó canciones de su último disco.

No se despidió solo. Estuvo arropado por amigos como Els Llauradors y Artur Álvarez, con los que comparte pasión por las raíces de una cultura y una identidad valencianas que son protagonistas indiscutibles de sus letras. Pero también contó con la compañía emocional de quienes estuvieron presentes a través del homenaje que él mismo quiso rendirles, personas como Félix Estop, Vicent Marzà i Duch y el reconocido maestro Rozalén.