A lo largo de 24 años de carrera, Ewan McGregor (Escocia, 1971) ha luchado en las galaxias, se ha chutado heroína en Edimburgo, ha cantado al amor en París y ha sobrevivido a un tsunami asiático. Ahora, el hiperactivo actor de 'Star wars', 'Trainspotting', 'Moulin rouge' y 'Lo imposible', debuta en la dirección. Lo hace, ahí es nada, con la adaptación de 'Pastoral americana', la monumental novela de Philip Roth, considerado el mejor autor norteamericano vivo y merecedor absoluto de ese premio Nobel que se le resiste año tras año. El libro arrebata. La película, presentada en el festival de San Sebastián, no tanto.

Hace muchos años que McGregor estaba inmerso en este proyecto, pero solo como actor. Él es el protagonista de una película que nos muestra las miserias del sueño americano. El escocés da vida a un triunfador, un pequeño capitalista al que el negocio familiar y la vida personal (está casado con una belleza, a la que da vida Jennifer Connelly) le sonríe. El matrimonio tiene una hija, que al hacerse adolescente se convierte en una radical y participa en las revueltas sociales antibélicas y proafroamericanos de los años 60. Tras un atentado mortal, la hija huye. El padre no cesará en su búsqueda. La madre, hundida en el dolor y psicológicamente dañada, se convierte en una caricatura de si misma.

UN CORTO EN 1999

Inmerso en el proyecto como actor, McGregor recibió un día una llamada de los productores para invitarle a dirigir la película. Su única experiencia tras la cámara había sido un corto en 1999. El chute de adrenalina que suponía el reto le hizo decir que sí, que haría las dos cosas: protagonizar y dirigir.

Tras pasarse su vida rodándo a las órdenes de vacas sagradas comoWoody Allen, Roman Polanski o Danny Boyle, McGregor asegura que de cada uno de ellos ha ido aprendiendo. No ha tratado de imitar a nadie, sino de tener un estilo propio, muy acentuado en las interpretaciones de los actores, que para algo es su negociado. Empeño ha podido tener, y mucho, pero los personajes de 'Pastoral americana' no dejan de resultar un tanto acartonados. Y ese es uno de los principales fallos de una película ambiciosa que, efectivamente, nos está contando una historia (algo básico, pero que no hemos visto en algunos títulos de la sección oficial de San Sebastián) aunque no consigue meternos en ella como espectadores.

APROBACIÓN DE ROTH

En cualquier caso, al realizador debutante -exquisito en sus formas con la prensa- le importa bastate poco la opinión de los críticos. "No hago cine para ellos, sino para hacer sentir cosas a la gente de la calle", explica con una sonrisa, consciente de que el filme ha tenido más de un varapalo a su paso por Toronto. El actor dejó claro que la película cuenta con la aprobación de la persona que más le importa: Philip Roth, que vendió los derechos del guion hace 10 años. "No le he conocido personalmente, pero me consta que envió un mensaje a los productores para decirles que le había gustado. menos mal. Si no, yo me hubiera sentido muy frustrado. Contar con su respaldo era muy importante para mí".

La película tiene distribución en España, aunque la fecha no está concretada. Una vez que el filme aterrice en los cines, el objetivo de McGregor es que el público se entretenga y también reflexione. Las revueltas políticas y sociales narradas en 'Pastoral americana' -en la que se trufan imágenes reales de documentales y telediarios- pueden ser equiparas al torbellino que hoy vive el planeta, azotado por el terrorismo. "Ojalá pudiéramos aprender y salir hacia adelante, pero parece que la historia siempre se repita", aseguró con pesimismo.

LA PATERNIDAD

Otra de las reflexiones que a McGregor le gustaría provocar en el público tiene que ver con la paternidad. ¿Hasta dónde es responsable un padre de los actos que cometen sus hijos? ¿Cómo puede un padre asumir la pérdida de un vástago? ¿Qué sería capaz de hacer? Padre de cuatro hijas (la mayor tiene 20 años), el actor confesó el miedo que da todo lo relacionado con la familia. "Perder a una hija a manos de los movimientos radicales y el terrorismo es algo extremo. Es lo que le pasa al matrimonio de la película. Y es también, como padre de familia, lo que más me atrajo del papel". No es la primera vez que el actor explora las relaciones paternofiliales. Lo hizo bajo la batuta de J. A. Bayona en el tsunami de 'Lo imposible'.

Apasionado de las motos (se da vueltas al mundo cada vez que puede), McGregor estrenará el año que viene en España la secuela de la ya mítica 'Trainspotting', de Danny Boyle. "Me daba un poco de miedo volver 20 años más tarde, pero cuando llegué al plató era como volver a casa". También se sentía como en casa el viernes en San Sebastián, festival que pisó con 'Tumba abierta', 'Trainsppoting', 'Moulin rouge' y 'Lo imposible'.