Comprometido con la actuación, Sergio Caballero es un todoterreno que se desenvuelve, con 20 años de profesión a sus espaldas, de igual manera en el cine, la televisión y el teatro. Mientras rueda en Barcelona la teleserie La riera, ensaya en Valencia dos de sus producciones en cartel, Ser o no res y La gata sobre la teulada de zinc calenta que le llevarán al Auditori de Vila-real en noviembre.

--Doble estreno en Vila-real. ¿Por qué hay que ir a verlas?

--Porque la sorpresa teatral está garantizada. En Ser o no res, 4 actores a través de las palabras Hamlet se enfrentan a su propio espejo/realidad. Y La gata es un clásico con pasiones, sensualidad, secretos y tormentos de una familia desmembrada que en un cumpleaños abre la caja de pandora y saca todo a relucir. Mucho sentimiento desgarrado. Hay que verlas porque hay que seguir soñando.

--Y empieza ‘La riera’ en TV3. ¿Una vuelta al cole muy ajetreada?

--Volver con un personaje tan potente a TV3 me hace volver a mis orígenes hace 20 años, reencontrarme a diario con el equipo de actores y técnicos, y disfrutar de una nómina fija… Simplemente que ya crecí y ponen tres niños a mi cargo. Antes el hijo era yo.

--Los teatros de Castellón apuestan por producciones teatrales de la Comunitat, con un ‘boom’ en los últimos años. ¿Por qué?

--El boom, por desgracia, está relacionado con la caída de presupuestos. Es triste que se contraten más compañías de la Comunitat porque no hay dinero para traer a los de fuera. Es triste que no se nos valore como se debería. El teatro, la cultura, la nostra, es un bien que se debería valorar, respetar y mimar más. Lástima que todo se reduzca a balances y presupuestos, shares, y entradas vendidas. Somos más que números.

--Actor, director y productor. ¿Con qué faceta se queda?

--Sin duda, con ser actor, que es lo que me da alas para volar.

--¿Tener una RTVV ayuda?

--Es un pilar importantísimo. Pero no como la que teníamos. Se politizaban hasta guiones que debían pasar filtros. Mi profesión, aquí, roza el 95% de paro; y hay que emigrar, porque hay que seguir viviendo, pero sin desvincularse. Por eso me resisto en irme.

--¿Qué se puede hacer para que la gente vaya más al teatro?

--Hacerle ofertas pero no saldos, interrelacionar experiencias actor-espectador; y, lo más importante: educar a los más pequeños desde instituciones, colegio, casa... Hacerles amar la cultura, que hace personas y no robots. Lo demás viene rodado. H