La Trobada de Bèsties de Foc volvió a llenar Castellón de pólvora, música, tradición y mitología. Durante cuatro horas, bestias, dragones y otras criaturas tomaron la plaza Mayor para diversión de niños y grandes, en la que es una de las muestras culturales más arraigadas de la capital de la Plana.

La de ayer fue la XVIII edición, pero no fue una más, sino que la elevada participación la convirtió en una de las más multitudinarias, con cientos de castellonenses tomando el casco antiguo.

Además del bestiario de la ciudad (Drac, Vibria, bestiario infantil...) acudieron a la que es la cita más importante del panorama autonómico diferentes entidades, como la Colla de Dolçainers Castàlia y la Colla de Dolçainers i Tabalaters Xaloc. También participaron agrupaciones invitadas de Benicàssim, Nules, Vinaròs, València y Ontinyent, así como de las localidades catalanas de Vilanova i la Geltrú, Castelldefels, Sant Boi o Salou. Tan solo los miembros de estos colectivos sumaban 300 personas.

APOYO INSTITUCIONAL // El acto fue organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Castellón y la Associació Cultural Botafocs, aunque con la colaboración de otras entidades, como la Diputación y la Fundación Dávalos-Fletcher.