Nueva Orleans, talismán de la música afroamericana. Fusión de razas y de estilos y, sobre todo, música en la calle, con ese trasfondo neorromántico de mestizaje de culturas y participación. Eso es el Maig di Gras, que evoca el último día del Carnaval en los estados del sur de EEUU, que, por segundo año consecutivo, llega a Burriana en una cita que no para de crecer. Y es que, pese a la lluvia de su primera edición el año pasado, se demostró que la gente tiene ganas de Maig di Gras.

En esta segunda edición lo hará con un día más de fiesta sureña. Será del jueves, 11 al domingo, 14 de mayo, con actividades paralelas y la música en calles y espacios urbanos al aire libre.

El primer nombre anunciado en el cartel es el de Gumbo, en el que se incluyen varios músicos castellonenses unidos por la pasión por el funk instrumental de Nueva Orleans, y ese entorno que envuelve unos ritmos, no por menos conocidos, más absorbentes y embriagadores.

Y es que cada día esa mixtura de sonidos, que van más allá del jazz o de la música étnica, atrae a más personas, a más locos por la música que buscan nuevas vías.

Todavía se está cerrando el cartel del programa y de las actividades paralelas, pero la línea básica será la misma del año anterior, aunque la intención es lograr aumentar la programación y también el número de localizaciones, ya se ha dado a conocer que la parte central del programa pasa de tres a cuatro jornadas.

EL ‘ALMA MATER’ // «En la primera edición realizamos muchas actividades previas al festival, como fueron pinchadas en varios espacios, exposiciones, proyecciones… Queremos mantener esa dinámica, pero aumentando en lo posible actos y lugares», señala Vicent Aleixandre, responsable y alma mater del evento, junto a Ferrán Calatayud y Merche Vidal.

«Nuestra intención es incluir en la jornada del jueves, día 11, la jam session que a lo largo del año realizamos en Naraniga con la dirección de Diego Barberà», comenta, consciente de la ilusión que para muchos aficionados a la música negra genera este evento que traspasa fronteras.

Y es que si está decididamente claro que la programación se repartirá en varios espacios abiertos y cerrados de Burriana. Incluso está la posibilidad nada despreciable de llevar el Maig di Gras a otras poblaciones cercanas.