Ahora canta en solitario. Fue una de las dos componentes de Ella baila sola. Desech el dúo de motu propio, inició una carrera como solista en la que combina el pop, el folk y el rock con una voz que resulta enigmáticamente familiar y, a la vez, desconocida. Marilia actúa hoy en la sala Casablanca de Benicàssim, ofreciendo sus nuevos sonidos en un acústico de guitarras y estilo propio.

Califica de “ocasión especial” su presencia en la localidad benicense “para compartir canciones de todas las generaciones en un ambiente único y con aforo limitado”. Marilia, que resalta que “cantar en Benicàssim es un lujo”, está haciendo realidad sus inquietudes, bajo el paraguas de un nombre propio, en la “búsqueda constante” de palabras y canciones para compartir.

Y es que desde el 2013, cuando decide retomar su carrera en solitario y autoedita su primer disco de esta su segunda etapa musical, inicia un camino desde la “claridad y la calma”. No es por casualidad que el titulo de ese primigenio trabajo sea Subir a una montaña, en la metáfora constante de potencia y fuerza renovada. Nueva etapa y triunfal destino con reminiscencias de aquella ironía rampante de Ella baila sola con canciones como Señoras, Dinosaurios hoy y Marylin y Superman. Momento crucial desde la veteranía, pero también con la frescura salvaje de ilusiones recobradas sin rendirse.

Y es que, como el título de otra de sus canciones del disco editado, Casi me rindo, rock de tintes americanos, Marilia no claudica.

La autora de temas tan populares como Cuando los sapos bailen flamenco, Mujer florero o Amores de barra, acompañada a la guitarra por Nacho Mur, apuesta en Benicàssim por un proyecto de persona y disfrutando todo lo que puede de su trabajo.

RESPONSABILIDADES // Una aventura que le ha llevado a “asumir nuevas responsabilidades dentro del mundo de la música”. “La creatividad surge en momentos así, y siento que es un periodo muy bueno para el arte”, indica la cantante, segura de sí misma en un carrusel de propuestas en las que “existe la mirada de la mujer que soy hoy”.

Sin nostalgia de su pasado en Ella baila sola, pero buscando nuevos horizontes como “crecimiento personal, profesional” y casi espiritual. La música como elemento catalizador de una forma de ser, de comportarse y de existir. Marilia, ahora sí, canta y baila sola. Sin aditivos. H