La única oreja de la tarde la paseó Luis Bolívar tras una labor emotiva y llena de firmeza en la que le ganó el pulso al bravo victorino que hizo quinto. No se arrugó el colombiano, que lo toreó con firmeza de planta y mando bajando siempre la mano. El toreo por abajo tuvo emoción y transmisión. Repitió el toro, sobre todo en los primeros compases. Ligazón sobre ambas manos. Al final, Bolívar tuvo que tirar más del albaserrada, que acabó sometido a la voluntad de su lidiador. Grandiosa y efectiva fue la estocada al segundo intento, que acabó con la vida del victorino de manera espectacular, con una muerte digna de una escultura de Mariano Benlliure, Estuvo decidido frente a su primero, de Miura, que desarrolló complicaciones en el último tercio.

Una interesante faena hizo también José Luis Moreno al primer toro de Miura, que se dejó torear en la muleta. El cordobés fue poco a poco afianzándose hasta conseguir sobre la diestra momentos de buen toreo, reunido, ligado y hasta sentido. También hubo detalles en el toreo con la zocata. La pena fue que emborronara todo con la espada. Nada pudo hacer con el apagado de Victorino, carente de emoción.

Lo de Paco Ramos era un arma de doble filo. Le dieron una oportunidad ganada a pulso, pero literalmente lo echaron a los leones. Se notó al final su escaso bagaje para con este tipo de ganaderías, algo lógico y evidente para alguien que debutaba con estos hierros. Y eso que comenzó bien su faena al de Miura. Encajado y gustándose a la verónica levantó clamorosos olés. Cuando más seguro estaba toreando con el capote, se mascó la tragedia. Se lo llevó por delante y lo perdonó en el suelo. Tuvo suerte. Me recordó aquella trágica cogida que sufrió Joselito en el cuello en Madrid a cargo de un toro de Peñajara. Idéntica, pero el de la tierra tuvo mejor suerte. Lo llevó bien al caballo en un buen sentido de la lidia. Pero cambió a peor el de Miura en la muleta y Paco lo intentó firme pero sin conseguir lucirse. El victorino que cerró plaza y feria, nunca se entregó en su muleta, se puso gazapón y muy agarrado al piso. H