Sigue la racha de Varea, que ayer volvió a cuajar una tarde redonda en la madrileña plaza de toros de Becerril de la Sierra. El novillero de Almassora abrió la puerta grande tras cortar tres orejas de mucho peso a una novillada muy seria y cuajada, con trapío de corrida de toros, de la ganadería de El Retamar, encaste Núñez. Entró el joven torero por la vía de la sustitución, ya que el anunciado en un primer momento, David de Miranda, sufrió una cornada en Arles hace escasos días.

Desorejó al novillo que abrió plaza, un ejemplar que imponía respeto por su astifina cornamenta y por su cuajo. Se dejó el astado, que embistió con suavidad y buena condición, virtudes que aprovechó el de la calle Virgen de Gracia para poner sobre el tapete sus exquisitas maneras. Paladeó el buen toreo Varea sobre todo al natural, con apenas media muleta y con ausencia de brusquedades. Tras hundir el acero en todo lo alto, a sus manos fueron a parar los primeros dos apéndices.

Otro sumó del cuarto de la tarde, el ejemplar de más kilos del festejo, frente al que se mostró muy firme, con la mente despejada y sacando recursos impropios de alguien con tan corto bagaje. No le pesó en ningún momento la seriedad de sus oponentes. Varea compartía cartel con Ángel Sánchez y Jesús Martínez, que cortaron dos orejas por coleta. H