La organización del Arenal Sound ha habilitado un año más lo que podría considerarse un gran centro de salud móvil, que se distribuye a lo largo del recinto del festival en cuatro postas —una por zona de acampada y en el Beach Club— y un hospital de campaña, con los que se da respuesta a cualquier incidencia, desde las leves, que son las más habituales, hasta las que, tras la atención previa, requieren de traslado al Hospital de la Plana de Vila-real.

Según el coordinador de la empresa encargada de la gestión de este servicio, Jorge Pérez, un equipo integrado por más de 60 personas —entre médicos, enfermeros y técnicos de emergencias sanitarias—, y más de 20 médicos en prácticas, atienden «una media diaria de 300 incidencias por cada posta», aunque ayer, a las 15.30 horas, una de ellas ya había superado las 400, aseguró.

Lejos de lo que, desde fuera, podría suponerse atendiendo a la combinación de público joven, mucha música y fiesta permanente, la mayoría de asistencias tienen que ver con cuestiones comunes «como gastroenteritis, mareos, deshidrataciones, torceduras o ampollas», dijo Pérez.

Las intoxicaciones etílicas se producen, «pero teniendo en cuenta que en un concierto pueden juntarse 40.000 personas, no superan las 15 ó 20 al día, por lo que la media es baja», aseguró el coordinador, que además destacó que están «preparados» para resolver todo lo que puedan «y así evitar que el hospital se colapse por este tipo de asistencias», concreta. Solo se derivan casos como «fracturas, alguna aritmia o taquicardia o cortes profundos».

En cuestión de unos minutos, mientras informaban a Mediterráneo, atendieron las consecuencias de un golpe en un pie y un control de azúcar de un diabético. Una rutina habitual en cualquier otro centro de salud.