Ver a los tres novilleros saliendo a hombros de la plaza de toros de Oropesa fue toda una inyección de ilusión. Desbordantes de felicidad y con la sonrisa en el rostro salían los tres por la puerta grande, contentos de haber podido expresar su tauromaquia gracias a una buena novillada de Daniel Ramos. Otro nuevo éxito del ganadero de Borriol, cuyos pupilos dejaron bien alto el listón de esta divisa, que se encuentra en un momento excelente. Sin duda, fueron los mejores oponentes para este tipo de festejos. Calidad y una bravura entregada fueron las claves de los erales, que destilaron mucha nobleza.

El triunfador del festejo fue Sedano Vázquez, que se llevó las dos orejas de su segundo. Se le vio más placeado que los demás, con la cabeza muy despejada y sabiendo los porqués de todo. Acusó ciertos nervios en su primero, mucho más arrebatado, pero se le vio más resolutivo frente a su segundo. Compuso bien la figura y toreó muy encajado, metiendo los riñones y corriendo la mano con soltura y buenas maneras. Enfrente tuvo un buen novillo que le permitió sentirse a gusto y con naturalidad en la faena.

Toñete volvió a dejar muy buen sabor de boca. Se le adivinan detalles y maneras de torero bueno, de poseer en la cabeza un concepto que se cotiza. Es eso natural que se tiene, pero que no se aprende. Su manera de manejar el capote a la verónica vale su peso en oro. Importante fue su primer novillo, bueno de los de verdad, de los que te enseñan a torear. Le bajó la mano muy bien y lo toreó con ese corte clásico que tiene, sin perder claró está, ese matiz arrebatador de novillero hambriento de triunfo. Una oreja de cada novillo fue su balance final. A Toñete le da suerte esta provincia.

Pablo Román debutaba vestido de luces. Al de Burriana, curtido en la Escuela Taurina de Castellón, se le notó esa falta de rodaje, pero dejó entrever ciertas aptitudes. Tiene valor y ganas y esa es la base para seguir avanzando en el futuro. Asumió su papel de novillero, se fue a por todas, mostró mucha disposición en los tres tercios queriendo en todo momento. No se dejó nada en el tintero y de eso puede estar contento. Paseó una oreja de cada novillo, que no fue un triunfo menor.

La nota negativa fue la poca respuesta del público. Las ganas de la organización y su esfuerzo por promocionar la Fiesta y la cantera, se estrelló con la poca afluencia de gente, que en estas fechas le resulta difícil cambiar la arena de la playa por la del ruedo. H