Una serie de atentados asola Sevilla de manera atroz y nadie parece capaz de poner fin a semejante horror. La Policía Nacional y la Guardia Civil encargan el caso a sus mejores hombres, aunque solo la innovadora visión de un oficial del Centro Nacional de Inteligencia, el coronel Jon Beotegui, aportará cierta luz al caso... Es parte de la sinopsis de Secreto de Estado, la última novela de Pablo Sebastiá Tirado (Castellón, 1973), que mañana se presenta en la librería Babel de la capital. La semana pasada lo hizo en Valencia y, el próximo 12 de junio, la puesta de largo será en la feria del Libro de Madrid.

Sebastiá ha tardado un año en escribir la que ya es su cuarta novela. “Empecé animado por mis lectores que defendían que el personaje, Jon Beotegui, que surgió de mi anterior trabajo La agenda Bermeta, daba para escribir al menos una saga”, explica el autor castellonense. El título, Secreto de Estado, no puede ser más sugerente. “Estuve dándole muchas vueltas, pero al final me decidí”, revela.

El thriller, inspirado en algunas de las más desastrosas operaciones antiterroristas llevadas a cabo por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y situado en lugares tan distintos como Bruselas, Roma, Valencia o Madrid, recrea una ficción en la que nadie es lo que parece. El relato está marcado por un ritmo trepidante y Secreto de Estado no le da al lector ni un solo respiro. “El lector se va a encontrar con una novela de entretenimiento, muy movida, con una gran carga de profundidad, y va descubrir quienes son los que manejan los hilos del poder y que en todo, hay una doble lectura”, cuenta.

En las páginas escritas por Sebastiá queda patente una crítica a los grupos de interés que manejan a la sociedad y a los políticos que hoy imperan en España. “En esta novela no hablo de políticos ni de cómo lo hacen. No hablo de corrupción. Trato de explicar que la mayoría de nuestros políticos son cualquier cosa antes que servidores del pueblo”, sentencia Sebastiá.

PRÓXIMA NOVELA // Secreto de Estado es su última novela, pero Sebastiá está escribiendo ya la que será su quinta publicación, a la que va a titular Reikiavik. Mientras lee Madame Bobary, Sebastiá reconstruye otro relato siempre dentro del mismo género del que se confiesa un apasionado: la novela negra o el thriller policial. Está de suerte ya que se trata de un registro (considerado hasta hace poco tiempo para muchos críticos literarios un subgénero) que en los últimos cuatro años ha experimentado un importante auge. Sebastiá defiende el género, tan de moda ahora, y solo le encuentra virtudes. “No hay mejor novela de crítica social que una buena novela negra”. H