Varea volvió a dar un nuevo gran toque de atención. Ocurrió en la madrileña plaza de toros de Navacerrada, donde ayer se enfrentó a una seria novillada de Adolfo Martín y en la que tras cortar tres orejas abrió la puerta grande junto a Martín Escudero y el mayoral de esta ganadería. A pesar de su escaso bagaje, el de Almassora se mostró resolutivo, capaz y con recursos técnicos para imponerse a los saltillos de Adolfo Martín, divisa con fama de dura y exigente que hace las delicias de los aficionados más toristas. Segunda puerta grande consecutiva de Varea, que sigue sorprendiendo con su buen concepto del toreo.

Las dos orejas las cortó a su primero en una faena redonda. Aprovechó el buen pitón izquierdo para cuajar tandas de naturales de mucho mando y que tuvieron calado en el tendido. Llevó la mano baja con templanza, sin tirones y vaciando la embestida detrás de la cadera. Personalidad y buen gusto a la hora de interpretar. Tras una buena estocada, se aseguró la puerta grande.

Frente a su segundo y quinto de la tarde, Varea tuvo la capacidad de sujetarlo cuando se quiso rajar. Afloraron virtudes como el valor y cabeza serena para pensar. Lo mejor de todo, una gran estocada, que apunta a que la asignatura pendiente del novillero ha logrado ya pasar a la historia. Cortó una oreja de mucho peso.

Abandonó el coso en volandas junto al mayoral de la ganadería y Martín Escudero, sobrino del ganadero, que también obtuvo tres orejas. Por su parte, Alejandro Marcos paseó un apéndice de su primero y fue ovacionado frente al sexto. Se lidió una buena novillada, con un cuarto novillo premiado con vuelta al ruedo. H