Varea ha hecho historia en Zaragoza. El novillero de Almassora indultó un novillo de la ganadería de Los Maños en el tercer festejo de la Feria del Pilar que acoge la capital maña. El almazorense revolucionó el coso de La Misericordia, plaza de primera categoría, realizando la mejor faena de la temporada en cuanto a los novilleros, escalafón en el que ya se ha posicionado como el torero revelación del 2014. Impacto gordo. Un aldabonazo importante de un joven con madera de figurón del toreo. Uno de los novilleros que más ilusión ha despertado entre la afición en los últimos años. Un torero que invita a soñar.

El suceso ocurría en el tercer novillo de la tarde, Quejoso de nombre, marcado con el nº 42 y de la ganadería de Los Maños, procedencia Santa Coloma. Un ejemplar de gran calidad, de aterciopelada embestida. Siguió los engaños con la suavidad y humillación que caracteriza este encaste. Delante del novillo, un gran torero, un joven de Almassora que hace apenas un año todavía permanecía en la Escuela Taurina y que se reivindicaba con su muleta delante de los toros que se corrían en su pueblo, y que ahora se posiciona como uno de los toreros de mayor proyección de los últimos años.

A Quejoso lo cuajó a la verónica con cadencia y alma, como ya apuntó en Valencia. Su capote tiene magia. Con la muleta, los adjetivos se quedan cortos a la hora de describir su naturalidad, ese porte distinguido de toreo elegante y de pellizco. Distinto y único. Dos tandas con la izquierda valieron un potosí. Toreo caro.

La afición maña pidió el indulto y mientras el palco pensaba, Varea seguía soñando el toreo. Al final, pañuelo naranja e indulto.

Otra oreja en su segundo, un novillo difícil al que fue moldeando con técnica, confirmó que además tiene valor y recursos. Varea, una barbaridad de torero. H