Cientos de personas se concentraron ayer en la plaza de la iglesia de Torreblanca, como viene sucediendo los últimos siete años, para disfrutar de la segunda velada musical del Festival d’Estiu, que se dedicó a un recital de ópera y romanzas de zarzuela.

La soprano Yolanda Marín, la mezzosoprano Nozomi Kato, el tenor Jesús Álvarez y el pianista Carlos Apellániz ofrecieron un repertorio donde no faltaron grandes arias de compositores como Bizet, Verdi o Puccini, así como piezas de zarzuela sobradamente conocidas, como el caso de Granada, o Me llaman la primorosa, de El barbero de Sevilla.

Tras el imprevisto del viernes, cuando las predicciones meteorológicas adversas llevaron a la organización a trasladar el concierto al interior de la iglesia, el concejal de Cultura, Carlos Albert, confirmó que, al igual que ayer, la actuación más esperada, la de esta noche, se desarrollará con normalidad a las puertas del templo «con un gran espectáculo», en el que intervendrá como solista el reconocido violinista Jacobo Christensen.Esperan la asistencia de más de 1.000 personas.