Son cuatro, llegan al Sant Pere BP Contest desde Almenara y tienen claro que lo suyo es «hacer canciones de bolsillo», como se llamó su primer trabajo, del 2017. Con varios conciertos a sus espaldas concurren al concurso, con la convocatoria aún abierta hasta el 31 de mayo, con su formación reforzada. Su voz, Raúl Barraquero, contesta.

--Es difícil encasillaros, por el eclecticismo. ¿Cómo os definís?

--En sus inicios se acuñó el término pop como abreviatura de popular para referirse a las canciones que se cantaban en la calle. Aunque esto ha variado, nos gusta revalorizarlo. Nos inspira todo lo que oímos y es imposible aislarse de la música y las conversaciones que escuchamos a diario. Admiramos a artistas de todo tipo, desde nacionales como Pereza, Estopa, Extremoduro o Kase-O, a internacionales como Oasis, Kings of Leon y Foo Fighters. Es imposible nombrarlos a todos.

--Hacéis eso, canciones pop con toques folkie, sencillas pero armónicas y con letras que importan. ¿Qué es lo que priorizáis?

--Sin duda creemos que el texto es la parte más importante de una canción. Cuando una canción cuenta una historia adquiere una dimensión superior, más profunda. A su vez, tiene que ser agradable al oído, de lo contrario es muy difícil que llegue a escuchar la letra. Ahí entra la importancia de usar armonías y estructuras reconocibles a las que el cerebro ya está acostumbrado.

--Los directos son frescos, como vuestras canciones, con mucha energía positiva. ¿Si entráis en la semifinal del BP Sant Pere 2018, prepararéis algo especial?

--La gente va a un concierto sobre todo para divertirse, pasar un buen rato y compartir experiencias. La energía y la positividad son fundamentales, pero de nada sirve si el público es solo oyente y no partícipe. Vamos a hacer que el público se sienta parte del espectáculo. Sobre el escenario somos cuatro, estamos en clara desventaja frente al público, pero juntos podemos crear un momento único e irrepetible.

--¿De dónde viene el nombre?

--Sin duda es curioso. El nombre nos encontró. En el 2016 viajamos a Cáceres para disfrutar del Womad Festival. Después de unas cervezas nos alejamos del gentío para desbeber. En una de las callejuelas adyacentes encontramos un grafiti muy simple, casi prehistórico: «Yo vivo navegando», un barco, un sol y unos peces. Y lo tuvimos clarísimo. Lo más peculiar del tema es que volvimos al año siguiente para inmortalizar el dibujo y ya no estaba. Lo borraron, sin duda, para que nadie más pudiera usarlo.