Un penalti para la eternidad ha dejado Andrea Pirlo, el centrocampista de Italia, en la Eurocopa 2012. Un penalti para no olvidar nunca. Un penalti a lo Panenka para derrocar al agresivo Hart, el portero de Inglaterra, que lo esperaba bajo los palos sonriendo, desafiándolo, hasta provocándole. Llegó Pirlo, acarició la pelota, la colocó con mimo en el punto de penalti y a partir de aquí el espectáculo. "Quería presionar a los ingleses", ha comentado después con naturalidad.

Los presionó de tal manera que Pirlo cambió el sentido de la tanda de penaltis. "Italia puso el pie mejor que nosotros en los lanzamientos. Sufrieron menos la presión. Pirlo fue un perfecto ejemplo", ha explicado Roy Hodgson, el seleccionador inglés, tras la derrota. Pocos se han atrevido a lanzar un penalti así, bombeando suavemente la pelota para que entre burlona ella por el centro de la portería mientras el portero, en este caso Hart, se tiraba a su derecha.

Había fallado antes Montolivo, pero eso no condicionó a Pirlo. "Ví que el portero estaba muy motivado y pensé que lo más fácil era tirar el penalti como lo tiré", ha argumentado Pirlo. No era su primera vez. Lanzó un penalti a lo Panenka en la fase de clasificación para el Mundial 2010 ante Montenegro y marcó. En Italia, no se llama, curiosamente, un penalti a lo Panenka. Se le llama el 'cucchiaio' (la cúchara) en honor a Francesco Totti, el delantero del Roma, que marcó así en los cuartos de final de la Eurocopa del 2000 ante Holanda. Totti también marcó.

Zidane, en el Mundial del 2006, ya honró a Panenka cuando marcó un penalti en la final del Mundial ante Italia.