“¡He apretado como un animal!”, le gritó Fernando Alonso (McLaren-Honda) a sus ingenieros en el muro, después de lograr un impresionante 1.34.4 minutos en la Q1 y meterse, junto a Carlos Sainz (Toro Rosso) en la Q2, donde ambos quedarían eliminados pero, eso sí, con otro más que sorprendente 1.34.3 del bicampeón español, que ya no tendría palabras para definir su 13º puesto con un coche que no corre nada, nada. Bueno sí, dijo “este 13º lugar es un regalo divino”.

Alonso no se rinde nunca y, de nuevo, en Shanghai (China), donde ganó en 2013 con Ferrari, ha vuelto a ser uno de los grandes protagonistas, al exprimir al máximo un McLaren, que estuvo a punto de no ponerse en marcha cuando debían sacarlo a la pista para la Q2. “Sí, sí, ha fallado algo y, por suerte, al final han conseguido ponerlo en marcha. ¡Otro susto!”.

El bicampeón asturiano reconoció, ante el micrófono de Movistar+, que “he apretado como un animal durante las dos sesiones y estoy muy, muy, orgulloso de mi trabajo. La vuelta de hoy, este 1.34.3 y la vuelta de Australia (donde salió 12º) son dos de las mejores vueltas de mi vida, de verdad. Es más, creo que se trata del segundo milagro en dos carrera, no puedo exigirme más”.

Alonso insiste en que no le queda más remedio que “exprimir al máximo el coche que tenemos, pues en las grandes rectas de aquí nos pasan volando. Ojalá se cumplan las previsiones, pues todo el mundo dice que lloverá mañana, domingo, así que será un buen escenario para arriesgar en las curvas y con la estrategia, pues los que tienen más velocidad no podrán maltratarnos tanto como nos maltratan”.