Con el mismo rostro, las mismas gafas de sol oscuras del pasado sábado, idéntica parsimonia en la conversación que cuando tuvo que abandonar su McLaren-Honda en la segunda sesión definitiva de ayer, perdiendo la oportunidad de puntuar en las calles de Montecarlo, Fernando Alonso ha afrontado ante los medios de comunicación su enémisa decepción de la temporada. “Mejor que nos pase todo lo malo que nos tenga que pasar esta temporada, que aprendamos y así poder construir un coche competitivo y que nos permita, el año que viene, aspirar a la victoria”, ha señalado el español.

Alonso ha explicado que al cruzar la meta a mitad de carrera, comprobó que la caja de cambios se había roto “o no cambiaba bien de marchas, e, inmediatamente, me quedé casi sin freno". “Me dijeron desde el muro que aparcase el coche porque algo se había roto en el cambio”. “Había hecho una buena salida, estaba, más o menos, peleando por los puntos, lo que ya es mucho, pero a mi ahora entrar en los puntos, rodar más o menos en el grupo central, no me preocupa demasiado. Yo lo que quiero es que el equipo, el coche y yo demos pasos adelante con vistas a la próxima temporada”.

LA META, FINAL DE AÑO

El piloto de McLaren-Honda reconoció, una vez más, que tendrá toda la paciencia del mundo este año. “Sabía que no podría aspirar al podio, ni a la victoria ni, mucho menos, al título este año, así que no me estoy jugando nada, simplemente mejorar un coche que, en la primera carrera de Australia, estaba a cuatro segundos de los mejores y ahora vamos, poco a poco, metiéndonos en los puntos”. Eso sí, Alonso reconoció que “para poder ser competitivos el año que viene deberíamos serlo ya a final de año y, sobre todo, deberíamos de encontrar mejoras, y grandes, muy grandes, tanto en nuestro chasis como en la aerodinámica y el motor, claro que sí. Y, por supuesto, como se ha demostrado a lo largo de este pésimo fin de semana, al menos para mí, ganar en fiabilidad”.