Bernie Ecclestone, el jefe de la fórmula 1, no entiende a aquellos que le acusan de haber comprado su libertad. El empresario británico ha llegado a un acuerdo con la Audiencia de Múnich para sobreseer la causa por soborno abierta contra él a cambio del pago de 100 millones de dólares (unos 75 millones de euros). "No puedo entenderlo. Me parece que los jueces no tuvieron otra opción", apunta el magnate en una entrevista que publica el diario 'Bild' este miércoles.

"Así son las cosas en Alemania. Seguro que es un poco desafortunado tener que pagar tanto dinero, pero peor es no tenerlo", añade Ecclestone, quien, sin embargo, asegura que se encuentra bien con "este sistema capitalista". Ahora, tras el sobreseimiento de la causa, espera volver a sus funciones al frente de la F-1, de las que tuvo que alejarse para poder personarse en el tribunal alemán durante el juicio. "Estoy otra vez completamente ahí. No fue divertido estar cada semana dos, tres días, en Múnich. Aunque algo quiero decir: me he enamorado un poco de esta ciudad y de su gente", añade.

El caso se remontaba al 2006, cuando la empresa BayernLB, que poseía cerca del 50% de las acciones de la F-1 tras la quiebra del grupo mediático alemán Kirch, encargó su venta al jefe de su departamento de riesgos, el banquero Gerhard Gribkowsky, quien negoció con Ecclestone la transacción. Según la acusación de la fiscalía, este pagó en torno a 32 millones de euros (44 millones de dólares) para que esa participación acabara en manos de la empresa británica CVC Capital Partners y evitar así que alguien ajeno pudiera ensombrecer su posición de liderazgo en el negocio.