Mientras Lewis Hamilton llenaba las alegría las gradas de Silverstone con su segunda 'pole' del año, mientras Nico Rosberg completaba otra primera línea con los Mercedes, mientras los Red Bull hacían su trabajo ocupando la segunda fila, Ferrari se hundió en el desastre. Felipe Massa no pasó a la Q-3 y Fernando Alonso sí lo hizo aunque no pasó del décimo, el peor puesto de largo en la parrilla de este año. "Nos faltaba agarre, no hemos dados con los reglajes y, además, todas las piezas nueva que traemos a las carreras vuelvan para la fábrica porque no funcionan", explicó el español con voz resignada.

"No es normal ver a un Ferrari fuera de la Q-3 este año, como le pasó a Felipe. Yo entré de chiripa y no pude pasar del décimo. Hemos confirmado los peores pronósticos. Tampoco hemos tenido fortuna porque solo seis centésimas nos han separado de la sexta posición. Parece que siempre que hay un grupo de coches en muy poco tiempo, tenemos la mala suerte de cerrarlo". No, la calificación no ha sido buena para Ferrari, no lo ha sido nunca esta temporada, pero esta es la más floja, y peor aún, las expectativas para la carrera no son tan poco muy alentadoras. "Con el neumático medio y duro no existe la misma degradación que con el medio y el blando que vimos en China o Barcelona. Ya vimos el viernes que todos los equipos van rápido, todo el mundo hace 16 o 17 vueltas sin degradar, así que el factor de degradación que nos ayudó en esas carreras, no será crucial aquí tampoco".

El asturiano, con todo, no arroja la toalla. "Vamos a ver cuántos puntos podemos sumar. Vamos a luchar durante toda la carrera, y ya veremos qué pasa al final. A lo mejor nuestro rivales no acaban y, al final, se convierte en un buen fin de semana para la clasificación del mundial".