Castellón seguirá exhibiendo orgulloso dos estrellas Michelin. Miguel Barrera, al frente de Cal Paradís, y Raúl Resino, con el restaurante que lleva su nombre, continuarán disfrutando de este reconocimiento culinario a lo largo del 2018. Así se ratificó en la gala que ayer se celebró en Tenerife, y a la que asistió el cocinero de Vall d’Alba, acompañado por parte de su equipo. No en vano, es el cuarto año en que la estrella animará los fogones de la cocina valldalbense.

También satisfecho está el chef de Benicarló. «Con los pies en la tierra», Raúl Resino compartió méritos con las diez personas que forman su equipo... y con todo Castellón: «Esto no es mío, es del pueblo, porque todo con lo que trabajo es de aquí; y es de toda la provincia».

Tan solo un pero trasladó a este diario tras conocer que seguirá luciendo por segundo año la estrella de la principal guía culinaria estatal: «La lástima es que no haya caído ninguna más en Castellón, porque hay mucho potencial».

Desde su restaurante, Resino destacó que su primer año con el reconocimiento «no nos ha cambiado», aunque reconoce que sí les anima en su día a día: «Presión no tenemos más que la que se supone tras 24 años en el oficio. Aquí de lo que se trata es de trabajar, aprender y, sobre todo, disfrutar».

Eso sí, reconoce que estuvo pendiente de la gala «por si a algunos amigos les caían» nuevas estrellas. Así sucedió con Jordi Cruz, que al frente de ABaC (Barcelona) sumó su tercer galardón. «Es muy amigo mío --se enorgullecía ayer--, ganó la primera edición de Cocinero del Año y yo la última; y el 13 de diciembre estaremos juntos en San Mamés». También destacó a otro amigo, Oriol Castro (Disfrutar, en Barcelona), que sumó su segundo reconocimiento. La ciudad condal vio ayer cómo varios de sus chefs recibían sus primeros galardones o incorporaban nuevas. El otro triunfador fue Ángel León, que sumó dos estrellas, entre ellas la tercera para Aponiente (El Puerto de Santa María, Cádiz) y ya son 11 los restaurantes españoles que tienen la máxima distinción.