Que en la cuna de la clementina más famosa del mundo haya niños que no sepan qué es una clemenules puede sorprender, pero es una realidad que, entre otras razones, está detrás del empeño del Ayuntamiento de Nules por organizar actividades con escolares en las que, prácticamente sin darse cuenta, el más dulce de los cítricos entre a formar parte de sus vidas.

La clemenules es al pueblo que le da nombre lo que los plátanos para Canarias, los melocotones para Calanda, las uvas para el Vinalopó o las alcachofas para Benicarló. Toda una seña de identidad, un recurso económico y un orgullo local.

Sentimiento identitario // Lo de convertirse en el mejor del mundo en algo no está al acceso de cualquiera y mucho menos cuando se consigue de manera natural. Cuando la providencia decide que esa mandarina tiene que aparecer en Nules, en un huerto donde un agricultor se dio cuenta de que lo que estaba produciendo aquel árbol por una mutación espontánea era diferente, especial.

Y con ese sentimiendo identitario es con el que decenas de escolares de 3º y 4º de Primaria se pusieron ayer a componer un postre original con diferentes elementos entre los que destacaba la fruta local por excelencia.

Se lo pasaron bien, por supuesto; pusieron a prueba su ingenio y habilidad, sin duda; pero, ante todo, se sintieron parte de algo importante. Por el título solo era la fase clasificatoria del concurso Masterchef Junior, una competición en la que muchos se aplicaron con esmero, pero en el fondo estaban aprendiendo algo más: Que el futuro de la reina de las clementinas también está en sus manos.