La actividad turística de Peñíscola tiene, entre sus principales alicientes, la gastronomía. En plena temporada vacacional, los bares y restaurantes ofrecen sus especialidades, entre las que destacan las recetas marineras, que se transmiten de padres e hijos gracias a la importancia que conserva la pesca en el municipio.

La cocina tradicional de la Ciudad en el Mar incluye platos como el suquet de peix, los all-i-pebre y diferentes variedades de arroces, que se pueden degustar en selectos establecimientos. Buena parte de estos locales garantizan la calidad de su materia prima, luciendo el distintivo que entrega cada año la Cofradía de Pescadores de Peñíscola, el día de San Pedro, a quienes acuden habitualmente a la lonja a proveerse de su pescado fresco.

El alcalde del municipio, Andrés Martínez, ha indicado en más de una ocasión, con motivo de la presentación de jornadas gastronómicas, que “estas especialidades marineras también son una forma de reivindicar el papel de las familias dedicadas a la pesca, con un producto excelente que viene directamente de la lonja”. En las recetas tradicionales de la localidad también tiene un peso importante la actividad agrícola, en las que hay patatas, tomates o alcachofas procedentes de las huertas del término del municipio.

El concejal de Turismo, Rafael Suescun, suele recordar que este destino turístico, “no solo es conocido por su capacidad en plazas hoteleras y alojamientos, sino también por su magnífica gastronomía que, en muchos casos, se puede degustar gracias a familias de empresarios locales que tienen restaurantes desde hace más de una década”.

La gastronomía peñiscolana se promociona a través de diferentes iniciativas. Cada año se elabora un calendario de jornadas culinarias que incluyen recetas a base de productos emblemáticos, como el caragol punxent, el pulpo, el pescado de lonja, el langostino o la galera. Cada una de ellas se celebra en una estación para mostrar recetas a base de productos representativos de cada momento del año y, de paso, reivindicar el papel de aquellos negocios de restauración que tienen sus puertas abiertas tanto en verano como en la temporada baja. De todas estas jornadas, la más reciente ha sido la dedicada al caragol, que se celebra en junio y que tiene una amplia trayectoria y participación por parte de vecinos y visitantes de la zona.

Esta misma semana se ha desarrollado una nueva iniciativa relacionada con la gastronomía, el salón del vino, impulsado desde la asociación que aúna a las bodegas que producen caldos con la marca de la Identificación Geográfica Protegida Vins de Castelló. El objetivo fue dar a conocer a los turistas los vinos que se elaboran en la provincia, así como animar al empresariado de Peñíscola a que los incluya entre sus prestigiosas cartas. El salón también incluyó expositores dedicados a productos que son muy típicos de nuestras comarcas, como quesos o embutidos, dentro de la filosofía de consumir alimentos de kilómetro cero, que se basan en elaboraciones de forma local, que ofrecen diversas ventajas para la salud.