El verano es la época de los caprichitos. Todo nos sabe menos mal o nos da más igual si lo hacemos en verano, como comernos un helado o bebernos un refrescante gin tonic con mucho hielo en una copa de balón (siempre con moderación, eso sí). Y es que suficiente se sufre ya con la ‘operación bikini’ como para preocuparnos también durante estos tres meses. Por eso hoy en Mediterráneo te traemos un innovador postre con el que tus invitados, amigos, familiares o pareja quedarán boquiabiertos: una gelatina de gin-tonic.

Esta bebida digestiva a base de ginebra y tónica tiene su origen en la ciudad de Ginebra a principios del siglo XIX, cuando el joyero alemán Johann Jacob Schweppe inventó un sistema de introducción de burbujas de dióxido de carbono en el agua embotellada. No obstante, no fue hasta el año 1870 que la empresa con nombre Schweppes & Co tuvo la idea de introducir quinina en la soda carbonatada, con el objetivo de producir agua tónica. Esta bebida no solo era refrescante y digestiva, sino que también combatía enfermedades como el paludismo (malaria), sufrida por aquel entonces por un gran número de habitantes de la colonia británica.

Pronto, el amargor y la acidez producida al ingerir el agua tónica provocó que los miembros del ejército británico sintieran curiosidad por tomarla de forma más suavizada, posiblemente mezclada con algún otro líquido. Así pues, le añadieron un chorrito de ginebra y una gotitas de lima, elaborando una bebida que les acompañó en la celebración de las múltiples victorias británicas sobre la India y creando una pionera receta que trascendería los siglos a partir de entonces.

El saber no ocupa lugar, por lo que nunca está de más conocer el origen de algo tan comúnmente consumido y conocido a día de hoy. Sin embargo, ya sabéis lo que dicen: si dos cosas son buenas, la combinación de ambas debe ser espectacular. Por eso en Mediterráneo te traemos una receta que combina el riquísimo gin-tonic con la jugosa gelatina. A continuación puedes ver los ingredientes y los pasos necesarios para su elaboración.

INGREDIENTES: 150 ml. de agua, 150 gramos de azúcar, el zumo y la ralladura de un limón, 125 ml. de ginebra de calidad, 200 ml. de tónica, 5 hojas de gelatina, cuñas de limón y hojas de menta.

PREPARACIÓN: Verter el agua y el azúcar en una cacerola y llevarlos a ebullición a fuego suave, durante 5 minutos. Retirar del fuego y agregar la ralladura de limón. Dejar reposar durante 15 minutos. Verter la mezcla en una jarra graduada. Añadir el zumo de limón con un colador, la ginebra y la tónica. Rellenar con tónica hasta llegar a los 600 ml. Colocar la gelatina en un plato hondo y cubrirla con agua durante 5 minutos. Escurrir y diluir en 30 ml. de agua caliente. Una vez disuelta, agregar en la preparación anterior. Verter en un molde hojas de menta y rodajas de cítricos. Cubrir con gelatina líquida y reposar seis horas en la nevera.

¡A partir de aquí solo queda saborear y disfrutar!