La complicada situación personal que vive Arantxa Sánchez Vicario después de que su todavía marido, Josep Santacana, le haya solicitado el divorcio, empeora por momentos. El aún matrimonio, que reside en Miami, se enfrenta ahora a una petición de prisión preventiva por parte del Banco de Luxemburgo, entidad a la que le deben más de 7,5 millones de euros, tras una nueva querella contra ellos. El titular del juzgado de instrucción número 4 de Barcelona tendrá que decidir si acuerda la medida o la desestima.

La causa criminal que se presentó en mayo del 2016 por alzamiento de bienes y fraude de acreedores en un juzgado de Barcelona se ha ampliado al considerarse que la pareja ha cometido nuevos delitos. De ahí que el mes pasado, el Banco de Luxemburgo solicitase por vía penal prisión preventiva o, en su lugar, el pago de una fianza de 10 millones de euros. Los abogados de ambos, según recoge La Vanguardia, están al tanto y tienen cinco días para presentar alegaciones.

El origen de esta querella se remonta a años atrás, cuando la tenista se enfrentó con sus padres en los tribunales por temas económicos, asegurando que, pese a todo lo que había ganado durante su carrera como tenista, su familia la había arruinado.

Según declaró en la vista del juicio, estuvo viviendo con 1.500 euros al mes y desconocía lo que había ganado durante todos esos años hasta que contrajo matrimonio en el 2008. Hacienda le reclamaba 5,2 millones de euros por el impago de impuestos entre los años 1989 y 1993, al declarar que estaba viviendo en Andorra y el juzgado negarlo.

La noticia llega en un momento difícil para la extenista, de 46 años. Según adelantó María Eugenia Yagüe en El Mundo el pasado fin de semana, Josep Santacana ha pedido el divorcio a la extenista y solicita también la custodia de sus dos hijos: Arantxa, de 9 años, y Leo, de 7.

Según fuentes cercanas a la pareja, hace meses que Santacana, que ha rehecho su vida junto a una bailarina, abandonó el ático de Miami en el que el matrimonio vivía junto a sus dos pequeños y se había llevado parte de los bienes de la deportista, que trabaja como directora deportiva en el Metropolitan International School de Miami y colabora como comentarista en varias cadenas de televisión de habla hispana.

Todas las revistas de corazón aparecidas este miércoles reconocen que el divorcio de Arantxa, en la Corte de Miami, será “despiadado” y hablan del partido más duro de su carrera. Recuerdan que después de casi 10 años de su boda, el 12 de septiembre del 2008 en el castillo de Peralada, con ella embarazada de dos meses de su hija Arantxa, el hombre por quien se enfrentó y se alejó de su familia y quien administra todos sus bienes, ha pedido una orden de alejamiento y la custodia de sus hijos.

Aunque los abogados han aconsejado a los protagonistas no hablar con los medios, se sabe que ayer, en Miami, estaban declarando en este proceso de divorcio más testigos por parte de Santacana, todos relacionados con temas financieros. El pasado 14 de febrero Arantxa y Santacana se vieron las caras ante el juez. Un día antes, Santacana aportó informes psicológicos para alegar que Arantxa no está capacitada para cuidar de sus hijos.