Detroit se despidió ayer de Aretha Franklin con gritos desgarradores, palmas al ritmo de soul y lágrimas en un funeral repleto de figuras de la política y la música, mientras las calles vibraban con decenas de Cadillac rosas, en un último guiño a la artista. La reina del soul, fallecida el 16 de agosto, triunfó en 1985 con su sencillo Freeway of Love en el que presumía de «estar conduciendo por una autopista del amor en un Cadillac rosa».

Para homenajear a la diva, sus seguidores decidieron colocar vehículos de esa marca y color a lo largo de más de 12 kilómetros, meticulosamente ordenados, uno detrás de otro.

Los coches rodearon el Greater Grace Temple, una iglesia baptista de la zona este de Detroit con capacidad para 4.000 personas y donde en el 2005 se desarrollaron las exequias de la activista de derechos civiles Rosa Parks, que en 1955 se negó a levantarse de un asiento de autobús reservado para los blancos.

BILL CLINTON / El expresidente Bill Clinton (1993-2001) fue uno de los oradores que intervino durante el funeral de Franklin, al que solo fueron invitados la familia de la artista y personalidades de la política y la música. «Ella era la voz de una generación, quizás la voz de un país», afirmó Clinton, que confesó que, antes de llegar a la política, él y su esposa, Hillary, ya eran admiradores incondicionales de Franklin, y que luego aprovecharon para invitarla a eventos en la Casa Blanca, incluso para que cantara en su ceremonia de investidura.

«Vivió con valor. No sin miedo, pero superando sus miedos. Vivió con fe. No sin fracasos, pero superando sus fracasos. Simplemente la amaba», expresó Clinton, que terminó su discurso acercando al micrófono su teléfono móvil, mientras sonaba el himno feminista Think. El público comenzó, entonces, a dar palmas y a tararear la canción hasta que Clinton se despidió gritando: «¡Dios te bendiga Aretha, te queremos!»».

También recordaron a la artista los expresidentes George W. Bush (2001-2009) y Barack Obama (2009-2017) que enviaron cartas a la familia de la fallecida, que fueron leídas en el funeral. Bush, que en 2005 otorgó a Franklin la Medalla de la Libertad, describió a la intérprete como «una mujer de éxito con un carácter profundo y un corazón lleno de amor»»; mientras Obama reconoció que era una inspiración que encarnaba las «virtudes del amor y de la reconciliación».

El reverendo Al Sharpton, que leyó la misiva de Obama, recordó la importancia de la artista dentro del movimiento de los derechos civiles, mientras invitaba a los asistentes a dar palmas y clamaba: «Era una mujer negra en un mundo de hombres blancos. ¡Ya es hora de coronar a la reina!». Al Sharpton conoció a Franklin cuando era un adolescente y la artista era famosa por haber recorrido EEUU con Martin Luther King Jr. exigiendo igualdad para la población negra.

«Ella era la banda sonora del movimiento por los derechos civiles», subrayó Al Sharpton, que aprovechó para criticar al presidente de EEUU, Donald Trump, por haber dicho en un mensaje de Twitter que la artista «trabajó para él en numerosas ocasiones». «No, ella no actuaba para ti, ella actuaba para nosotros», afirmó Sharpton.