Cardi B y Camila Cabello fueron, indudablemente, las protagonistas de la 34ª edición de los Premios MTV, celebrados la noche del lunes en Nueva York. Pero en la alfombra roja brillaron con luz propia tanto ellas como otras estrellas. Para bien o para mal. Así, la tripremiada rapera de 25 años, que hacía su primera aparición en público tras dar a luz a una niña en julio, triunfó por su vestido color ciruela presidido por un escote más que generoso y por su gran sentido del humor (llevaba en brazos un bulto simulando portar un bebé). A la hora de recoger los tres premios se cambió y lució un vestido asimétrico rojo que resaltaba su recuperada figura.

La cubana Camila, de 21 años, en cambio, no tenía tan claro que iba a subir dos veces al escenario con su vestido azul noche con efecto desteñido en los bajos, creación de Oscar de la Renta para recoger sus dos galardones. Pero vaya si lo lució. Lo mismo que la británica Rita Ora, con sus transparencias de Jean Paul Gaultier Alta Costura.

Jennifer Lopez brilló también con el premio a su carrera y con el look metalizado que lució en la gala, aunque para recoger el premio escogió un mono con pedrería con unos botines más propios del senderismo que de una gala.

Otro que no dejó indiferente fue Lenny Kravitz, que acudió con una estética muy setentera: la que le confería una túnica dorada, tejanos de pata ancha y botines de serpiente, además de un peinado desatadamente afro.

También hubo quienes no estuvieron muy acertados. Una de las más criticadas fue Madonna, que acaba de celebrar su 60º cumpleaños en Marrakech. Además de los ataques que recibió por su discurso de 10 minutos en los que debía realizar un homenaje a Aretha Franklin y habló más de ella que de la reina del soul fallecida hace unos días, tampoco gustó su vestimenta bereber, compuesta por túnicas y abalorios que adornaban su larga trenza rubia, que se había traído ella misma de Marruecos.

BLANCO Y ROJO

El colombiano Maluma protagonizó el cambio de look más extremado: pasó del día a la noche. A la entrada, en la alfombra roja, lució cual angelito con el pelo recogido y un traje chaqueta bien cerrada de un blanco inmaculado. Incluso hubo quien comparaba su estilismo al que en alguna ocasión habían lucido las pizpiretas Spice Girls. Pero para su actuación lo cambió por otro negro con bordados plateados que dejaban ver su pecho descubierto, lo que le daba un aspecto de lo más machote. Su desatada actuación, rodeado como siempre de varias bellezas, culminó con un beso ¿robado? de una bailarina.

El premio a la provocación se lo llevó, sin duda, la cantante, modelo, diseñadora y actriz Amber Rose, con un atuendo a medio camino entre Catwoman y una estríper de Las Vegas, compuesto de cuerpo acharolado, botas altas hasta el muslo, máscara con orejitas de gato y látigo, todo en un rojo vivo.