En la pasarela 080, que hoy finaliza, cada desfile es de su padre y de su madre. Pero si ayer se vio un nexo de unión ese fue la piel. Por un lado, la piel de toda la vida pero con mucha mezcla de colores pastel que presenta María Fontanellas al frente de Mietis y que ganó en la pasada edición el premio a mejor diseñador emergente. Su nueva colección para hombre y mujer se llama A safari a wonderland y destaca porque a sus chaquetas y abrigos les marca el hombro y les coloca flecos, plumas o pedrería. Y luego están sus bolsos y botas, también en piel, que produce en Ubrique.

También tuvimos la piel ecológica que usa Elena Estaun a partir de un pez de agua dulce llamado arapaima, del Amazonas, con la que se sirve para crear sus cañeros vestidos joya. En la anterior edición de la 080, esta barcelonesa debutó y ganó el premio a la mejor colección. Su simbiosis de vestidos con joyas de formas orgánicas y mallas «hechas a mano y que son como una segunda piel», le funciona perfectamente. Además de cuernos, Estaun crea también unas piezas originales, como una que recuerda a un móvil pegado al oído.

ACOLCHADO EN LOS GENITALES/ Y tuvimos también otra piel, la que salta a la vista. Dystopia es el título que ha puesto la marca barcelona Es Collection a su potente colección diseñada en Barcelona. La firma está presente en más de 95 países, la mayoría europeos. Ropa interior con acolchado para dar volumen a los genitales, prendas para ir al gimnasio con un rollito muy cool. «Hemos hecho desde un apartado gym con colores flúor hasta rejillas y hemos metido hasta borreguito en la ropa interior», explicaba Carmen Monforte, que destaca el esfuerzo para abrirse a las mujeres, «aunque el 80% de nuestros clientes son hombres».

Ayer también fue el debut sobre la pasarela del joven Josué Quesada que ha montado su firma Verbena Atelier. Y su desfile, titulado Mambo lo fue. Una auténtica verbena. Volantes, plisados y brillo y más brillo. En paño, rizo, lamé, gasa, napa, brocados. Un carnaval. Un circo. «Por un lado he metido el folclore español, el traje de luces y tal y luego todo lo que cuelga, la pasamanería, que es una referencia barroca. Mucho color y plata y oro».

Nada que ver con los tonos oscuros de Jinksieminks y con los colores otoñales del punto que tan bien trabaja una veterana como Maite Muñoz al frente de Lebor Gabala.

CON ÁNGEL VILDA, LA LOCURA / Y con él llegó la locura. El show más vitoreado ayer fue el de Ángel Vilda, al frente de Brain & Beast. Lo tituló Eclipse pero lo podía haber llamado «Viva el buen rollo» por ejemplo. «Hago lo que sale del coño -decía Ángel, que al final del desfile recorrió la pasarela descalzo, en calzoncillos y pintado como si se hubiera tostado al sol-. Hombres con faldas tableadas, superposiciones, faldas que parecen camisas y viceversa, guiños a la cultura pop, sudaderas con mensaje, prendas mitad demim mitad algodón, bolsos que imitan las bolsas de plástico de El Corte Inglés, travestis con el culo al aire, gorditos con ositos de peluche, pantalones con volumen y brillo, una folclórica...

«Yo es que soy muy complejo. Pero lo que de verdad importa es que me siento libre. Cada día me apetece más contar cosas con la ropa. Me niego a estar mal. Es obligatorio el buen rollo». En el pase, además de modelos, amigos. «Somos piña. Por ejemplo he sacado a desfilar a Villagrassa», el diseñador de Antonio Miró.

BRILLO DÍA Y NOCHE / La jornada de ayer la cerró, también con mucho brillo y con lleno total, otro veterano, Custo Barcelona, que tiene un ojo puesto en Nueva York donde presenta en unos días la colección que se vio la semana pasada en Madrid.

Lo de anoche es lo que llega ahora a las tiendas. «Se titula Call me tomorrow, porque tratamos de crear un lenguaje avanzado de moda, para una mujer que le gusta arriesgar un poco. O mucho. Nuestro mercado está en los que huyen de las imposiciones de las tendencias, del gran mass market que está en manos de grandes corporaciones», explicaba Custo Dalmau, que contó para su pase con sus dos hijas Carlota y Montana.