«Terry Richardson es un artista conocido por su trabajo sexualmente explícito, por lo que la interacción profesional con sus modelos son en consecuencia sexualmente explícitas por naturaleza, pero todos participaron de manera consensuada». Es el mensaje que ha hecho público la representante del fotógrafo después de que se conociera la circular interna de las revistas del grupo Condé Nast, que edita cabeceras como Vogue, GQ, Glamour o Vanity Fair, en la que se ordena que no se le encargue ninguna producción de moda o retrato alguno. El fotógrafo ha caído en desgracia por lo que algunas modelos han considerado como «comportamiento depredador».

Detrás de todo este revuelo, que no es nuevo en el caso de Richardson, está un efecto más del escándalo que sacude desde hace un par de semanas Hollywood con el productor de cine Harvey Weinstein.

El veto al fotógrafo norteamericano, de 52 años, se produjo un día después de que The Sunday Times se cuestionara en un artículo por qué seguía publicando editoriales de moda y haciendo campañas de publicidad «al Harvey Weinstein de la moda», recordando los comentarios sobre su comportamiento en algunas sesiones de fotos que penden sobre él desde hace años y que Richardson siempre ha negado. «Es una caza de brujas contra mí», llegó a declarar a Page Six.

DECEPCIONADO

Tras hacerse público, en el diario The Telegraf, el correo electrónico del vicepresidente del grupo Condé Nast International, que ordenaba que no se publicaran más trabajos de Richardson, incluso los ya hechos, y no se le encargaran nuevas fotos para las publicaciones del grupo, su representante afirmó que el fotógrafo está «decepcionado» por la existencia de ese veto , «principalmente porque él ya respondió a esas viejas historias». Irónicamente, en su cuenta de Instagram, Richardson ha publicado una foto de un lavabo con un cartel en el que se lee: «Fuera de servicio».

Ya hace tres años, el fotógrafo se vio obligado a salir al paso de las acusaciones de abusos sexuales que realizaron seis modelos contra él, y su respuesta fue igual a la de ahora. «Colaboré con mujeres adultas que conocían perfectamente la naturaleza del trabajo. Nunca usé una oferta de trabajo o amenazas para obligar a alguien a hacer algo que no quería. Siempre respeto a quienes trabajan conmigo, reconociendo su libertad de elección y aceptando sus decisiones», aseguró en The Huffington Post.

Modelos como Coco Rocha, Rie Rasmussen o Charlotte Watters le acusaron entonces de tener un comportamiento sexual inapropiado y de explotar a las modelos jóvenes así como de utilizar su posición para participar en actos sexuales con modelos durante sus sesiones de fotos.

Jamie Peck asegura que el fotógrafo la presionó cuando tenía 19 años, en el 2004, para tener sexo. «Nunca le acusé de cometer un crimen, pero eso no significa que lo que hizo esté bien», ha asegurado. Otra modelo como Liskula Cohen también explicó: «Trabajé con él una vez y no lo haré de nuevo. Me hizo sentir como si fuera una prostituta».

Desde hace dos décadas, Richardson es autor de campañas publicitarias para firmas como Yves Saint Laurent, Marc Jacobs y Tom Ford. Ha retratado a famosos como Daniel Day Lewis, Leonardo DiCaprio, Jay Z, Kanye West, Pharell Williams, Amy Winehouse, Jessica Alba, Cindy Crawford, Beyoncé y Lady Gaga. También se encargó del videoclip Wreckin Ball de Miley Cyrus. Hizo el calendario Pirelli del 2010 y ha publicado los libros Hysteric Glamour (1998) y Terryworld (Taschen).