J.A.Bayona (Barcelona, 1975) se quitó un peso de encima el día que Steven Spielberg le llamó por teléfono para darle su okey. "Me dijo que había visto la película y que había sentido que honraba la memoria de Parque Jurásico, así que lo suyo era relajarse", evoca el director barcelonés. Los nervios siguen dando la matraca, pero nada comparado con la ilusión ante el estreno este jueves de su cuarto largometraje, Jurassic World: el reino caído. Es el salto, la gran pirueta de Bayona a Hollywood de la mano de Spielberg, el hombre que quiso ser desde niño. En el filme, los dinosaurios salen de la isla de Nublar tras su destrucción a causa de una erupción volcánica, lo que abre la franquicia jurásica a una nueva y excitante dimensión. Jota hace una pausa en la frenética gira de promoción para conversar con este diario.

¿Recuerda la primera vez que vio Parque Jurásico?

No recuerdo el cine, pero sí la impresión de ver un dinosaurio en pantalla y tener la sensación de que la historia del cine estaba cambiando. Por primera vez quedó claro que todo lo que sea capaz de imaginar un hombre puede ser traducido de manera realista a la pantalla. Era una cima. Fue un auténtico shock para mí. Es algo que solo he sentido viendo Parque Jurásico.

¿Cuál fue la principal razón que le llevó a aceptar dirigir Jurassic World: el reino caído? ¿Quizá que detrás estaba Steven Spielberg?

Ha habido muchas razones, pero, claro, lo de Spielberg ha sido algo especial. Me apetecía trabajar con él y, encima, en una saga como esta. Muchos tenemos una conexión muy emocional con estas películas porque las hemos visto cuando éramos muy jóvenes o de críos.

¿Qué ha aprendido de Spielberg durante este tiempo?

Ha sido una experiencia maravillosa, muy gratificante. Al principio me sentía un poco intimidado, pero rápidamente me di cuenta de que lo que quiere es que te sientas grande, importante, que tomes el mando. Y hubo mucha sintonía. Creo que me entendía bien. Yo a veces pensaba en planos, ideas, que quería subrayar. Pues bien, yo le enseñaba las escenas sin decirle nada, y él señalaba los mismo puntos que yo había marcado. Mejor imposible.

Su película es un (gran) entretenimiento, pero también una reflexión sobre la bioética. ¿Qué hacemos con los dinosaurios? ¿Los salvamos o no?

Después de hacer cuatro películas sobre cómo crear dinosaurios, me parecía muy interesante entrar en este dilema, el del doctor Frankenstein: ¿cuál va ser nuestro papel? ¿Cuáles son los derechos de las criaturas creadas por el hombre? Es un poco también el dilema de Inteligencia artificial, de Spielberg, y sus robots con emociones.

Quizá sea por la atmósfera gótica de su segunda parte, pero El reino caído tiene algo de El orfanato. ¿Está de acuerdo?

Lo primero que me dijo Colin Trevorrow [(el director de la anterior entrega y coguionista de esta] es que yo era el director perfecto para El reino caído por El orfanato. Me descolocó un poco, pero me llamó la atención. Me explicó que la segunda parte sería una historia de casas encantadas y eso me enamoró ya por completo. En verdad, quise convertir el cuento moral que son las películas previas y la novela de Michael Crichton en un cuento de hadas, con su castillo, su princesa y su dragón.

¿Recuerda el primer día en que se sintió, de verdad, parte de la saga jurásica?

El primer día... (piensa un rato). La primera vez que estuve en Kualoa Ranch, en Hawai, donde hemos rodado la primera parte de la película. ¡Me hice una foto! Lo que sí recuerdo de forma muy especial es cuando vi por primera vez la película acabada. Ves los créditos, con la música de John Williams, y ves ahí nuestros nombres: el de Belén (Atienza, la productora) al lado del de Frank Marshall; el de Bernat (Viaplana, el montador) o el de Oscar (Faura, el director de fotografía). Y por fuerza te emocionas. "Ostras, tíos, que hemos hecho Jurassic. Ahí, una vez acabado el trabajo, te sale la vena mitómana, el rollo nostálgico.

Habla usted de su equipo. ¿Hasta qué punto ha sido importante para usted haber podido trabajar con ellos?

Para mí ha sido clave trabajar con tu gente de confianza desde siempre. Mi cine no se puede entender sin ellos. Spielberg siempre ha trabajado con el mismo montador o director de fotografía. Y, lógicamente, entiende que tú pidas trabajar con tu equipo. En cualquier caso, su trabajo previo les avala: se han ganado poder está ahí. Y yo, afortunado de tenerles.

Antes de llegar a Jurassic World, recibió numerosas ofertas para dirigir en Hollywood. ¿Qué pasó?

Empecé a recibir ofertas incluso antes del El orfanato. Recuerdo a Guillermo del Toro dándome el consejo de que en Hollywood hay que saber decir que no. Así que todo estos años he ido con calma, con cautela. Una película requiere de mucho tiempo, esfuerzo y exposición, y no te puedes equivocar así como así. Me ofrecieron una entrega de Crepúsculo, la segunda o la tercera, no me acuerdo, la segunda de Los juegos del hambre… Y, bueno, sí, Guerra Mundial Z, que fue un poco decepción que no saliera porque había estado trabajando en ella durante casi un año.

Terminada ya Jurassic World: el reino caído, ¿qué balance hace de la experiencia hollywoodiense? ¿Era lo que esperaba?

No ha sido una experiencia mala como la que hayan podido tener otros directores europeos. Me siento muy cómodo rodando en España, pero repetiría perfectamente, sin problema, la experiencia de rodar para Hollywood. Lo he disfrutado mucho. De hecho, me encantaría volver a hacerlo.

Señor Bayona, el año que viene se cumplen 20 años de Mis vacaciones, el cortometraje con el que logró su primer gran éxito…

¿En serio? 20 años? (guarda silencio unos segundos). Es verdad, es de 1999… ¡Vaya vértigo! (ríe a carcajadas).

¿Cree que ha podido cumplir las expectativas que podía tener en aquel 1999?

¡De sobras! Entonces ni te podías plantear lo de hacer cine con Spielberg... El sueño era simplemente hacer cine. Mis vacaciones fue un proyecto muy bonito que salió muy bien. A la gente le encantó, ganamos un montón de premios, me permitió conocer a Juanjo Sáez [autor de los dibujos de la parte animada del corto] y hacernos amigos… Jo, 20 años ya…

El cine parece que ha dejado ser un evento, pero usted ha conseguido que todas sus películas sean, de un modo u otro, algo para ser disfrutado en el cine, en la sala.

Yo he crecido con una idea del cine que incluye el evento. Me encanta ver películas, pero me encanta verlas en el cine. De hecho, yo siempre ruedo pensando en la pantalla grande. Siempre ruedo en formato 2.35.1. Mi Jurassic es el primero de la saga que se rueda en cinemascope. Para mí es un formato indivisible al cine. Esa manera de componer es lo que lo diferencia de la televisión u otros formatos cuadrados que no van conmigo.

Usted ha dicho alguna vez que el cine que le gusta no es solo la película, sino todo lo que la rodea.

Por supuesto. El otro día estaba feliz porque vi que había salido un álbum de cromos de Jurassic World: el reino caído. ¡Son cromos de mi película! Estoy haciendo la colección. Eso es para mí el evento.

En tiempos de la multipantalla, ¿le gusta consumir cine en el móvil o la tableta?

No. Tengo aplicaciones, tengo Filmin y tengo Netflix, pero no miro nunca películas por el móvil. No soy mucho de consumir cine en casa, más allá de clásicos porque no se pueden ver en el cine. Yo sigo yendo a la sala una o más veces por semana.