Mónica es rubia, es intensa y tiene una voz desgarrada que resulta muy sexi.

Mónica también es modelo y pese a su juventud, 22 años, asegura que no le ha ido tan bien en el amor. Por eso decidió un buen día embarcarse en la aventura de acudir al programa Casados a primera vista, el reality televisivo que acaba de terminar su segunda temporada en Antena 3.

Este da un paso más en el formato de las citas a ciegas y provoca que la pareja se conozca directamente el día en el que deben darse el sí, quiero.

Le gustó la idea de que un equipo de psicólogos eligieran por ella al amor de su vida y, además, resulta que acertaron. Jordi, la otra parte de la pareja resultante, le robó el corazón y, aunque con altibajos, ellos fueron una de las dos únicas parejas que siguieron juntas tras el programa. Hasta ahora.

Esta semana Mónica se desnuda en la revista y en las páginas interiores de Interviú y ofrece una primicia: acaba de pedir los papeles del divorcio. Y es que Jordi no fue el único que cayó rendido a sus pies.