Nunca es tarde para cumplir tu sueño. Eso es lo que debe pensar gente como Nora Rónai, una arquitecta brasileña que decidió que sus 69 años no eran impedimento para practicar su gran pasión: la natación. Ahora, cumplidos los 93, sigue batiendo récords mundiales y sorprendiendo al mundo con su energía y determinación en la piscina.

En un reportaje publicado por la BBC, Rónai afirma que, "si realmente quieres hacer algo, siempre hay tiempo". Nacida en Croacia en 1924, en el seno de una familia de judíos italianos, emigró a Brasil con 17 años huyendo de la represión fascista de Mussolini. En Río de Janeiro encontró estabilidad y formó una familia, que siempre apoyó su decisión de dedicarse a la natación, aunque fuera a edad tan avanzada.

Alivio emocional

"Nadar me alivia emocionalmente, es como ir a una playa soleada y hermosa donde puedo relajarme", dice Rónai, que tuvo que hacer frente a las críticas sexistas a muy temprana edad, cuando practicaba esquí. "Nunca dejé que eso me frenara o afectara", cuenta, actitud que ha mantenido también en el mundo de la natación. En el 2014, con 90 años de edad, ganó siete medallas de oro en los Campeonatos Mundiales de Natación para Veteranos, y cuenta con dos récords mundiales a sus espaldas.

La nadadora nonageria ha sido una de las seleccionadas por la BBC en su colección #100Women de octubre. Su testimonio fue recogido en el 2014 en su libro autobiográfico Memorias de un lugar llamado dónde, en el que narra parte de su infancia en Europa y la huida de su familia de la guerra. La obra fue un éxito en Brasil y ahora su historia ha dado la vuelta al mundo.