Tras revolucionar la pasarela española, el diseñador Alejandro Gómez Palomo, profesionalmente conocido como Palomo Spain, entró ayer en el Olimpo de la moda abriendo la Semana de la Moda Masculina de París con su primer desfile oficial en la capital, donde presume de haber encontrado el éxito al modernizar el folclore español del que otros se avergüenzan.

«Creo que nadie se había planteado que se podía hacer una marca súper moderna y súper fresca usando lo más antiguo, lo más tradicional, los tejidos y la forma de coser de España», apunta el diseñador en una entrevista con Efe. A sus 25 años, es pronto para hablar de la consagración de Palomo, pero ha sabido encontrar el éxito en la reivindicación del imaginario español: el flamenco, los lunares, los volantes y el made in Spain.

«El año pasado ya participamos en París con una colección de preverano. Fue divertido pero nos quedamos con ganas de más», cuenta al recordar su breve y polémico pasaje, anulado -y después reprogramado- por el centro Mona Bismarck por su explícito contenido sexual. Para Palomo, se trató de un «malentendido» que se solventó en menos de 24 horas, aunque despertó un revuelo mediático que multiplicó la visibilidad de una marca.

Ahora ha entrado en el calendario oficial de la Federación francesa de la Alta Costura y de la Moda, «una alegría» y una responsabilidad para quien ha vestido a famosas como las cantantes Beyoncé, Miley Cyrus y la actriz Rossy de Palma, amiga del equipo, como lo es también el director Pedro Almodóvar.

Palomo ha entablado amistad con el director manchego, quien le aconsejó mantener el taller en su Posadas natal (Córdoba) para no perder la esencia.

A Palomo la fama y el éxito no le abruman. No más que en los inicios de su carrera, cuando este joven cordobés graduado en la London College of Fashion revolucionaba el panorama con sus transparentes vestidos floreados y sus fotografías de chicos desnudos. El alto contenido sexual de su ropa le colocó en el centro de un sinfín de debates de género a los que él responde: «Es ropa y punto. Si te gusta, bien y si no, es que no es para ti».

Para los que deseen ponerle una etiqueta, la moda de Palomo podría considerarse una revolución del unisex o el adiós a la batalla de géneros.