A Paula, la flamante ganadora de ‘Masterchef junior 4’, le espera un futuro espectacular como cocinera. Pero si la cosa se tuerce, seguro que encuentra enseguida trabajo como actriz a tenor del desparpajo y la agilidad mental que ha demostrado en su encuentro con la prensa. Por lo pronto, la pequeña de 10 años nacida en Mataró ha confesado que su otra devoción fuera de los fogones es el arte dramático. Si a eso unimos su carácter ganador (“Soy muy competitiva”) y que solo se calla para mantener un secreto como el del nombre de la ganadora del concurso (“Me ha costado bastante no contárselo a mis amigos”), tenemos los ingredientes necesarios para fabricar, a fuego lento por su juventud, una nueva estrella de la comunicación.

Acompañada de una maternal Samatha Vallejo-Nágera que aparcó sus labores de jurado para brindar protección a la jovencísima chef, Paula ha comparecido para confesar, entre otras cosas, que sueña con tener un restaurante y “batir el record de estrellas Michelin”. “Quiero llegar a tener mil estrellas”, proclamó sin ningún tipo de contención. Según contó, se aficionó a la cocina con 8 años viendo guisar a su madre en el pequeño restaurante que tiene en Mataró. "Sentía curiosidad, me gustó, empecé a hacer pasteles y cuando vi 'Masterchef' dije que yo tenía que estar ahí", recordó.

Pero como los inicios no son casi nunca fáciles, le costó dos años convencer a sus padres para que la apuntaran en el concurso de TVE, después de extender sus habilidades culinarias "a la pasta y otras cosas". Dentro de la competición, el momento que recuerda con mayor agrado es el día que cocinó los "cakes" con su compañera Paloma, su rival en la final. "Nos salieron perfectos", dijo orgullosa. Pero el último día tuvo que dejar aparcada su camaradería con Paloma ("Nos llevamos superbien") y fajarse duro con ella: "En la final estaba muy nerviosa y me dolía la barriga, pero luego me tranquilicé".

Paula, que achaca gran parte de su triunfo al hecho de ser "muy competitiva", se decantó en la final por platos vanguardistas e imaginativos. "Quería hacer algo original porque estoy convencida de que para ganar hay que arriesgar, y por eso me decidí el último día a poner en práctica cosas que había aprendido en 'Masterchef', explicó. De sus compañeros guardará siempre un bonito recuerdo ("Todos nos llevamos genial y somos superamigos"), aunque su preocupación ahora es animar a sus colegas de clase que se quedaron en el 'casting' a que vuelvan a presentarse a las pruebas. Algunos de ellos ya lo han hecho y contarán con el "apoyo" de la ganadora de la cuarta edición.

Una de las cosas más difíciles para ella ha sido ocultar la noticia de su gran victoria, ya que el programa se grabó hace tiempo. "Me ha costado bastante mantener silencio porque yo hablo mucho", confiesa antes de dejar claro que no se le ha subido la fama a la cabeza: "Me paran por la calle para hacerme fotos, pero lo llevo bien". Una buena forma de acostumbrarse a los focos por si se cumple su segundo sueño vocacional: "Quiero ser cocinera, pero si no me sale voy a ser actriz".