Aunque lo de María Lapiedra y el paparazzo Gustavo es de traca, Tele 5 ha visto que no se puede llenar toda la programación con sus aventuras, así que se ha lanzado en busca de algún otro personaje susceptible de protagonizar su propio culebrón por entregas y lo ha encontrado en la extenista Arantxa Sánchez Vicario (Barcelona, 1971), que anda a la greña con su segundo marido, Josep Santacana -el primero, Joan Vehils, con el que se casó en el 2000, solo le duró un año-, un tipo que nadie ha sabido nunca muy bien cómo se ganaba la vida, pero que parece haber nacido para salir en programas como Sálvame de Luxe, que ahora presenta María Patiño, esa mujer en permanente estado de tensión (lo que se ve en esa vena del cuello siempre a punto de explotar) a la que, hace años, Antonia Dell’Atte, exesposa del conde Lecquio, ejecutó en directo con esta frase letal: «Tu sei una enana malévola».

Como todos sabemos, Arantxa fue una tenista excepcional. Cogió su primera raqueta a los cuatro años de edad y alcanzó el triunfo mundial en 1989, al imponerse a Steffi Graff en la final del Roland Garros. En 1994 acaparó ocho títulos importantísimos y se convirtió brevemente en la jugadora número uno del mundo en categoría individual. Se retiró en el 2002, aunque protagonizó puntuales retornos para determinadas ocasiones. Y a partir de ahí, da la impresión de haber emprendido, de manera involuntaria, una segunda carrera trufada de desgracias familiares y financieras, que es la vida que realmente interesa a María Patiño y a la selecta parroquia de Sálvame de Luxe.

Patiño es de las que huele la sangre, y en cuanto se enteró de que Arantxa y su segundo marido estaban a matar y se mostraban dispuestos a llegar a las manos por la custodia de sus dos hijos, despachó un equipo a Miami -donde vive Arantxa- para entrevistar a la tenista (supongo que en próximas entregas se pondrá a largar el señor Santacana). Eso sí, lo que Patiño nos vendió como la primera exclusiva de Arantxa se redujo a unas frases de esta diciendo que no pensaba decir nada de su situación y que para eso estaba su abogado. Así pues, Patiño, que no es de las que arredran fácilmente, daba entrada a cada nueva parte de su exclusiva diciendo que iba a hablar Arantxa, pero el que salía en pantalla era un señor calvo y angloparlante que es uno de los abogados de divorcios más caros de Miami. «Adelante, Arantxa», clamaba Patiño. Y volvía a salir el calvo.

Desde que dejó el tenis, Arantxa ha sido noticia por sus desavenencias con Hacienda -en el 2009, cuando tenía fijada su residencia en Andorra, le soplaron casi tres millones y medio de euros por los ingresos no declarados entre 1989 y 1993-, el mal rollo con sus señores padres, a los que acusó de haberla arruinado y mangoneado durante años -como quedaba meridianamente claro en su autobiografía del 2012, Arantxa, ¡vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer, y una suerte, digamos, discutible a la hora de encontrar marido: a la espera de las declaraciones de Santacana, hay que decir que a este hombre le precede cierta fama de aprovechado y cantamañanas, lo cual, si tenemos en cuenta que se encargaba de gestionar los monises de su mujer, da qué pensar.

LA MADRE, CALLADA

De momento, la madre de Arantxa no dice ni pío (el padre murió en el 2016). En su día, los padres hicieron correr la voz -cuando ella los acusaba de haberle guindado 45 millones de euros ganados en las canchas de todo el planeta- de que igual la niña no estaba en sus cabales y veía fantasmas. Santacana también solicitó no hace mucho un examen psiquiátrico de su esposa, supongo que en vistas a lo de la custodia. Entre unos y otro, Arantxa aparece como uno de esos personajes de película a los que se hace luz de gas para que se crea que está loca. Afortunadamente para ella, quienes la acusan de tal cosa son de poco fiar: un marido sin oficio ni beneficio conocidos -que tiene otra novia desde hace dos años- y unos padres, en aquellos años, en la línea de los de Macaulay Culkin no generaban mucha confianza, la verdad, aunque es muy posible que ex y familia acaben desfilando por el Sálvame de Luxe, pues ya sabemos que en esa casa son de los que muerden y no sueltan.

Si antes fue la Hacienda española la que se interesó por las finanzas de Arantxa, ahora la demanda de dinero viene de Luxemburgo. Y Arantxa vuelve a estar en boca de todos por los temas de siempre, sus, al parecer eternos, problemas a la hora de enfrentarse al dinero y a la familia más cercana. Yo la veo como una víctima, pero igual me equivoco.