El amante es quien no debe volver, solo quien permanece fue el amante. Es un poema de Antonio Arbeloa. El polifacético y versátil artista inicia en Roma, en la Galería Colosseo de la Ciudad Eterna, el 28 de enero, un proyecto conjunto con la pintora Noemí Barberá, recientemente galardonada con el Premio Qubo de Arte, y que bajo el nombre de Amantes de ida y vuelta, ofrecen una colección de 21 oleos sobre plata y oro de la propia Barberá acompañdos por los versos de Arbeloa que tienen como trasfondo la pasión amorosa, hilo conductor, y su difícil trasiego por ella de los amantes.

Amor como consumación, deseo, anonimato, vértigo, escondite, pero también dolor, pérdida, ausencia y olvido. El proyecto nace de la admiración mútua entre la poesía de Arbeloa y la forma de pintar de Barberá. Ambos regalan al espectador/ oyente-escuchante «un tono de sensualidad muy personal, y a la vez coincidente».

Tratan el tema de la pasión amorosa, en especial la onírica y la prohibida, con elementos comunes y tanto los óleos de la pintura como los versos del poeta están impregnados de ese erotismo que reside «en la pasión de los amantes, los que se aman bordeando los límites de lo determinado por la sociedad como convencional», como explica el propio Arbeloa.

«Contra las normas»

«Amante es quien ama en ese momento, contra las normas, a escondidas, quien goza los momentos improvisados y sufre las ausencias torturadoras, quien lleva en su boca el nombre de su amada y necesita entrar en ella cryendo morir si no la hace», relata a la hora de justificar la esencia de un proyecto artístico, técnica, pero también sentimientos, vivencia y belleza en la magnitud de la palabra y de los lienzos.

Tras visitar Roma, Amantes de ida y vuelta se expondrá en Talavera de la Reina, del 25 de febrero al 20 de marzo; después el 1 de abril llegará a Granada, Hotel Ladrón de Aguas, en septiembre visitará la Galería 37 de Turín y después, en diciembre ,regresará a Castellón.