La ciudad de Castellón ha desempolvado el baúl de los recuerdos. Y es que la entrañable Karina lanzó este fin de semana algunas de sus flechas del amor en una cita que reunió a decenas de asistentes en el centro cultural La Bohemia, donde se le concedió el Premio Nacional Adalid de la Música, un reconocimiento a su dilatada carrera, en la que ha logrado vender más de 8 millones de ejemplares de sus discos.

«La música es una gran compañera para mí; es por ello que nunca me he sentido sola ni aburrida», manifestó Karina, sobre el escenario, al recibir el galardón que este año estrena edición. «Me siento muy contenta al ser la primera persona en recibir este premio. Creo que este galardón sirve para premiar a la música de entretenimiento, porque es un estilo que suele estar menospreciado. Es la cenicienta de la música», añadió, reivindicándose.

Fue el Equipo Multidisciplinar Vocal Center el encargado de otorgar la distinción. La directora de la organización, Isabel Villagar, quiso reconocer a «la gran dama de la voz española», una voz que «está en la memoria de todos, tanto de los mayores como de los más pequeños», agregó la responsable.

«Siento la provincia de Castellón como una segunda casa», reveló la artista, quien se acerca a la ciudad de la Plana cada vez que puede. «Suelo venir mucho por motivos familiares y la sociedad castellonense siempre me acoge muy bien». «Cuando viajo a Castellón es para ver a mi hija y a mi nieto, que viven aquí, y a mi hermano, que está en Benicàssim», reveló la cantante eurovisiva. Sobre sus próximos proyectos a la vista, Karina explica que está inmersa en varios programas de televisión (sin ir más lejos, el pasado sábado por la noche la pudimos ver entrando por la puerta del restaurante más romántico en el programa First Dates). «Atravieso un momento de mi carrera en el que aún no estoy retirada del todo y en el que puedo seleccionar muy bien en qué quiero trabajar», admitió.

En este sentido, la propia Karina manifestó que continúa realizando actuaciones musicales. Y lo demostró sobre el escenario de La Bohemia, ante un público entregado, que no dudó en acompañar a la artista mientras esta entonaba la que ha sido --y será-- su emblema y su bandera: El baúl de los recuerdos. De esta manera, las decenas de asistentes tuvieron la oportunidad de revivir los años dorados de la música española, trasladándose a finales de los 60. Una época difícil de olvidar, en la que ella fue la protagonista musical absoluta. La verdadera reina yé yé en castellano.