El estado de Arkansas ejecutará a ocho presos en tan solo 10 días, entre el 17 y el 27 de abril próximos, después de haber estado 12 años sin aplicar la pena de muerte a ningún reo. El motivo es que uno de los componentes de las dosis de inyección letal que guardan en este estado está a punto de caducar.

Se trata del midazolam, ansiolítico utilizado para dejar inconsciente al condenado a muerte antes recibir los otros dos componentes para paralizarle y matarle. Al problema de la fecha de caducidad, se une el hecho de que esta droga ya no se encuentra fácilmente en el mercado ante la reticencia de la industria farmacéutica de facilitarlas para las ejecuciones.

El anuncio lo ha realizado la oficina del gobernador del estado, Asa Hutchinson, y ha desatado la repulsa de las asociaciones contrarias a la pena capital. "Me encantaría extender [las ejecucuciones] durante un periodo de varios meses y años, pero esas no son las circunstancias en las que me encuentro", ha manifestado Hutchinson, el encargado de firmar las órdenes de ejecución. "Y, una vez más, las familias de las víctimas que han soportado esto durante tantos años merecen una conclusión después de vivir en la incertidumbre", ha añadido Hutchinson, en el puesto desde el 2015 y un firme defensor de la pena de muerte.

Los ocho presos señalados --Bruce Ward, Kenneth Williams, Jack Harold Jones, Jason McGehee, Stacey Johnson, Don Williamson Davis, Marcel Williams y Ledell Lee, cuatro blancos y cuatro negros-- están condenados por asesinatos que ocurrieron entre 1989 y 1999 y serán ejecutados de dos en dos.

HECHO SIN PRECEDENTES

Se trata de un hecho sin precedentes en Estados Unidos. Según ha explicado a la CNN Robert Dunham, director ejecutivo del Centro de Información de la Pena Capital, desde la reanudación de la pena de muerte en el país en 1977, solo en dos ocasiones un estado ha fijado ocho ejecuciones en un mes. Pero "ningún estado ha fijado ocho ejecuciones en un periodo de 10 días", ha subrayado Dunham.

Para la Coalición para Abolir la Pena de Muerte de Arkansas, esta "ejecución masiva es grotesca y sin precedentes".

Las defensas de los ocho condenados están intentando parar las ejecuciones, aunque ya han agotado todos los recursos legales.