El progreso en las técnicas de identificación vía ADN está ayudando a poder confirmar cada día nuevas víctimas de los ataques de Nueva York del 11 de septiembre de 2001, pero el avance científico no consuela a las familias de las víctimas cuyos restos fueron enterrados anónimamente en Staten Island y les "reabren viejas heridas".

La cifra oficial de muertos del peor ataque terrorista de la historia de Estados Unidos es de 2.753 personas, entre los cuales se cuentan también los desaparecidos y a los que se dio por muertos. Del total de fallecidos, tan sólo un 60% han sido identificados diecisiete años después del ataque al World Trade Center de Manhattan, o lo que es lo mismo, 1.642 personas.

La Oficina de Exámenes Médicos de la ciudad de Nueva York ha trabajado durante todos estos años para identificar a las 1.100 víctimas que permanecen con identidades provisionales mediante técnicas de extracción de ADN. En los últimos cinco años, los avances de la ciencia han permitido confirmar los nombres de cinco víctimas más.

LAS FAMILIAS NO ESTÁN DE ACUERDO

A pesar de ello, los avances científicos suponen noticias agridulces para las familias de las víctimas que lucharon sin éxito para impedir que la ciudad construyera un parque en el enorme vertedero de "Fresh Kills" en Staten Island, donde se tiraron y enterraron 1,8 millones de toneladas de escombros del derrumbe de las Torres Gemelas.

"Estamos agradecidos de que la identificación continúe, pero hay más material que podría haber sido parte de estas investigaciones si las autoridades de la ciudad no hubieran sido tan arrogantes con nosotros", dijo Diane Horning, la mujer que encabezó una ardua batalla judicial que resultó fallida en nombre de un grupo llamado World Trade Center Families en el que se agruparon las familias de las víctimas. Horning, a pesar de ser madre de una de las primeras víctimas que fue identificada, quiso liderar el grupo de presión y apoyar a los demás familiares de fallecidos.

La ciudad de Nueva York ganó el caso tras asegurar que en ningún momento pretendió ser insensible u ofender a las familias de las víctimas, pues al crear el parque cubrieron con varias capas de sellado los escombros vertidos para evitar que los gases tóxicos que emanaran los restos en descomposición llegaran a la atmosfera.

HOMENAJES

Estados Unidos, como cada año, ha organizado multitud de actos de conmemoración de los ataques. Por su parte, el presidente Donald Trump participará junto con la primera dama, Melania, en un acto en Shanksville (Pensilvania), donde se estrelló el vuelo 93 de United, secuestrado por los terroristas, con 40 personas a bordo.

En Nueva York, miles de personas se han concentrado el sur de Manhattan en el lugar en el que estaban las Torres Gemelas, que fueron derribadas por el ataque de otros dos aviones. La Gran Manzana recordó el 11-S con una emotiva ceremonia en la que familiares de los fallecidos leyeron los nombres de las casi 3.000 personas que perdieron la vida en los ataques de aquel día. A los pocos minutos de arrancar el acto, a las 8.46 hora local (12.46 GMT), los asistentes guardaron un primer minuto de silencio para recordar el momento exacto en el que el primer avión golpeó las Torres Gemelas.

Entre las ceremonias de homenaje celebradas estos días en Nueva York, ha destacado otra con la reapertura de la estación del metro del World Trade Center en Manhattan, en la calle Cortland, que quedó destruida y sepultada bajo los escombros. La estación, que es parte de la línea 1 del metro de Nueva York, ha sido rebautizada como WTC Cortlandt.