La sesión de una modelo en la playa de Miami tuvo que interrumpirse cuando un barco de inmigrantes ilegales llegó a la orilla. La escena que fue grabada en vídeo y se puede ver como los inmigrantes saltan al agua y echan a correr por la playa hasta desaparecer.

Ekaterina Juskowski estaba filmando su amiga en la playa a primera hora de la mañana para que tuviera material en vídeo para su book de modelo, cuando entró en escena un barco inusualmente cerca de la orilla.

La grabación se detuvo brevemente ya que el barco entorpedecía la sesión y no permitía que se viera bien el fondo. Pero Juskowski se puso a grabar de nuevo al ver que un grupo de nueve hombres saltaban del barco para luego huir de la playa a gran velocidad.

AUMENTO DEL CONTRABANDO

En declaraciones a la Broward Palm Beach New Times, el portavoz de la Patrulla Fronteriza, Frank Miller, dijo que el vídeo era un "prueba de la tranquilidad con la que los inmigrantes ilegales entran en EEUU".

Añadió, que los grupos criminales que se encargan de transportar a estas personas, a parte de llevar inmigrantes, también son traficantes que pasan grandes cargas de droga por la frontera hasta Florida.

La línea de costa de este estado es tan larga que resulta imposible que las patrullas la puedan vigilar en su totalidad e impedir que tanto inmigrantes como cargamento de substancias ilegales lleguen a los Estados Unidos desde el mar. Miller explicó que el año pasado se produjo un preocupante aumento del contrabando que llega por la costa de Florida.

EL PRECIO DE CRUZAR LA FRONTERA

Las cifras registradas por la Patrullas Fronterizas de EEUU y la Guardia Costera muestran que hubo miles de incidentes similares en el 2014 y lo que va de año. La mayoría de ellas son llegadas de inmigrantes procedentes de Cuba, Haití y el archipiélago del Caribe interceptados por las autoridades a pocas millas de la costa del sud del estado de Florida.

Igual que los inmigrantes del norte de África y de Oriente Próximo que cruzan el mar Mediterráneo para intentar llegar a Europa, los inmigrantes que intentan cruzar la frontera de Estados Unidos, en su extensa mayoría, deben pagar una gran cantidad de dinero a organizaciones criminales a cambio de un transporte, sin ningún tipo de seguridad ni certeza de si van a llegar.