Si el enfrentamiento entre Donald Trump y James Comey era ya intenso, desde este domingo se puede dar por seguro que se recrudecerá. Todavía más. La cadena ABC ha emitido una esperada entrevista con el director del FBI al que Trump cesó fulminantemente cuando dirigía la investigación del Rusiagate y en ella Comey ha asegurado que “Trump está moralmente incapacitado para ser presidente”.

No es, ni mucho menos, la única declaración explosiva contenida en la entrevista (editada en un programa de una hora pero cuya transcripción completa ha colgado en internet ABC). Y Comey, cuyo libro de memorias se pone a la venta el martes, se ha explayado en el demoledor retrato del presidente. ”Habla y trata a las mujeres como si fueran trozos de carne, miente constantemente sobre temas grandes y pequeños”, ha dicho. “Nuestro presidente debe encarnar respeto y adherirse a los valores centrales de este país, de los que el más importante es la verdad. Este presidente no es capaz de hacer eso”.

Como en las páginas del libro, Comey ha comparado en la entrevista a Trump con un capo de la Mafia. También ha entrado en detalles sobre sus conversaciones con el presidente sobre las alegaciones contenidas en el dossier que preparó el exespía británico Christopher Steele. En ese informe se dice que los rusos tenían grabaciones de un encuentro de Trump en 2013 en un hotel de Moscú con prostitutas, a las que habría pedido que hicieran una lluvia dorada sobre la misma cama en que durmieron Barack y Michelle Obama. Aunque la información no ha sido verificada, la opinión de Comey, pese a las negativas del presidente de que el episodio ocurrió, es que no se puede descartar que sucediera.

VULNERABLE AL CHANTAJE RUSO

Ese informe está vinculado a otra opinión que Comey ha mostrado en la entrevista. Cuando el periodista George Stephanopoulos le ha preguntado si cree que los rusos tienen “algo” sobre Trump que podría hacer vulnerable al chantaje Comey no lo ha descartado. “Es posible, no lo sé, pero es posible”, ha dicho, aunque también ha explicado que le parece “improbable”.

Comey también cree que Trump ha dado pruebas de obstrucción a la justicia. En concreto se ha referido al 14 de febrero del 2017, el día en que le hizo quedarse a solas con él en el Despacho Oval, haciendo salir incluso al fiscal general, Jeff Sessions, y le pidió que dejara de investigar a Michael Flynn, que entonces era su asesor de seguridad nacional y que acabaría luego siendo imputado por el fiscal especial, Robert Mueller. “Ciertamente es prueba de obstrucción a la justicia”, ha dicho Comey sobre esa petición, matizando que lo deben determinar investigadores y fiscales y que “dependerá de otras cosas que reflejen las intenciones” de Trump.