La recomendación de procesar a Binyamin Netanyahu que el martes hizo la policía israelí deberá examinarla ahora el abogado del Estado, el único que tiene autoridad para imputar al primer ministro. Se abre, por lo tanto, un periodo de espera donde las acusaciones contra Netanyahu se van a multiplicar con el objetivo de obtener un rédito político.

Poco después del anuncio policial, Netanyahu compareció ante los medios para leer un comunicado. El programa de actos que debía celebrar el martes fue suspendido para encerrarse en su residencia con los abogados, consciente de que se encuentra en los días más decisivos de su carrera.

Netanyahu recalcó que no piensa dimitir puesto que cree que no ha cometido ningún delito. Considera que los costosos regalos que recibió a cambio de supuestos favores son los regalos típicos que pueden hacerse dos amigos, incluso durante un periodo de nueve años, como ocurre en el caso de Arnon Milchan, regalos que crecieron significativamente en cantidad cuando ganó las elecciones que lo convirtieron en primer ministro.

Netanyahu aseguró que la coalición de Gobierno, que depende del apoyo de cinco partidos, es «estable» y que no se va a convocar elecciones. «Quiero ante todo tranquilizarles. La coalición es estable. Ni yo ni nadie va a convocar elecciones», anunció.

No obstante, uno de sus socios de coalición, Naftali Bennett, líder de Hogar Judío, declaró que esperará a la decisión que adopte el abogado del Estado antes de tomar él una decisión. Bennett dijo que lo que se sospecha que Netanyahu hizo en el Caso 1.000 y en el Caso 2.000 no responde a los «valores» que se esperan de un primer ministro.

El caso de Milchan, conocido como el Caso 1.000, tiene que ver, según la policía, con la entrega de regalos de lujo, como champán, cigarros puros y joyas para Sara, la esposa de Netanyahu. La policía cree que esos regalos no fueron desinteresados sino que el propio Netanyahu y su esposa los solicitaron y su coste asciende a más de 250.000 euros.

La policía cree que a cambio de los regalos, Milchan, productor de Hollywood, obtuvo cinco beneficios directos del primer ministro. En primer lugar, la llamada Ley Milchan, mediante la cual el hombre de negocios dejó de pagar unos 250.000 euros en impuestos en Israel tras volver al país después de haber emigrado al extranjero, una ley que la policía cree que se hizo a la medida de Milchan, de ahí que se la haya bautizado con este nombre.

Yair Lapid, líder del partido opositor Yesh Atid, entonces ministro de Finanzas, ha testificado que Netanyahu hizo la ley a la medida de Milchan. Netanyahu se ha defendido declarando que fue Lapid quien obró en contra de la justicia, y no él.