Ha sido un proceso largo y no exento de obstáculos y polémica, incluso de divisiones internas, sobre todo en el seno del partido socialdemócrata. Pero, al final, se ha llegado a la Gran Coalición. Estas son cuatro claves del proceso de negociación.

1.- Más dinero a la UE pero firmeza con los deudores

Cuando el pasado 7 de diciembre el SPD dio carta libre a Schulz para negociar un nuevo gobierno con Merkel, el líder socialdemócrata pidió la creación de unos “Estados Unidos de Europa”. Así, recogía el guante del presidente francés Emmanuel Macron para reformar la UE con vistas a crear un proyecto más federal e inclusivo. Esa voluntad no ha llegado del todo al nuevo Ejecutivo alemán, que contempla una mayor contribución económica a los presupuestos comunitarios pero que olvida medidas más ambiciosas como la mutualización de la deuda a través de los eurobonos. Los conservadores se niegan a compartir responsabilidades de la crisis con los países endeudados.

2.- Restricción de las políticas migratorias

El nuevo acuerdo de gobierno contempla la restricción de las políticas migratorias. Como avanzaron el pasado martes, CDU y SPD han pactado limitar la reunificación familiar de los refugiados a 1.000 casos mensuales, como querían los conservadores. A pesar de esa concesión, los de Schulz han asegurado que la llegada de refugiados podrá ampliarse en casos excepcionales, un cambio en la interpretación que supone las primeras grietas del nuevo Gobierno. La adopción de esa medida refleja la creciente influencia de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que pasará a ser primera fuerza de la oposición.

3.- Más gasto social y militar

A partir de ahora Berlín gastará un poco más. Durante la última década Alemania ha hecho de la austeridad y el ahorro un dogma. Aunque eso no cambia, la creciente economía y el desbordante superávit de la potencia económica europea abren la puerta a un programa de gobierno que contempla un mayor gasto en varios direcciones. Así, el acuerdo entre CDU y SPD asegura un plan de inversiones de más de 4.000 millones de euros destinados a mejorar las escuelas, las ayudas a la gente mayor y a los hijos con familias, a la ampliación del sistema de cableado de fibra óptica y al sistema de pensiones. Incluso en el apartado militar Alemania prevé invertir más dinero.

4.- Peligro de inestabilidad

A diferencia del pacto sellado el 2013, esta nueva Gran Coalición no tiene la misma fuerza que entonces. Los tres partidos que la integran llegan heridos por la fragmentación parlamentaria y sus líderes están en la recta final de su carrera. Lastrados por una convergencia que ha difuminado sus diferencias, se espera que ambas formaciones mantengan posiciones más abiertamente discrepantes para recuperar el terreno electoral perdido. Los expertos especulan la falta de estabilidad haga caer a Merkel tras dos años de gobierno. En frente, tendrán a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) como principal partido de la oposición.